Última parada...Kathmandu



Finales de julio, 2008

Se acerca el final de este viaje que comenzó en Nueva Delhi y concluirá en Kathmandu. Ha sido sin duda una de las mejores y más coloridas trayectorias de mi vida, que ha durado poco más de un mes. Ayer salimos de Lumbini, el lugar de nacimiento de Buddha y una de las primeras ciudades fronterizas con India, como a las 8am, en un microbus. El viaje y el paisaje me encantaron. Se nota la diferencia enorme entre India y Nepal. Brutal, brutal. El aire que se respira aquí es puro. No hay basura en todas partes y la pobreza tampoco es tan marcada. La tierra ha sido sustituida por campos y verdor. La gente es bonita. Tienen caras diferentes: ojos achinados, pieles curtidas, parecen balineses. La gran mayoría son hindúes, aunque también se ha difundido bastante el budismo. Los ajuares que visten las mujeres son bastante parecidos que en India. Muchos saris, bindis y colores radiantes. Todas sonríen. De Lumbini a Kathmandu recorrimos una enorme cordillera de montañas. Follaje. Espesura. Arrozales. Mucha tierra y poca gente. Parece una gran paradoja encontrar este lugar después de haber recorrido todo el norte de la India, que a pesar de compartir un confín, no se asemeja en practicamente más nada a estas tierras.

Hacemos una parada para almorzar en una pequeña cafetería al lado de la carretera. Techos de paja. Aire libre. Primer plato nepalí, el mismo para todos. La comida es menos pesada que la india, aunque casi igual de picante. Simpatizo con la cocinera y logro convencerla para tomarnos una foto.

Continúa el viaje. De repente vemos una conglomeración de personas al lado de la carretera. El conductor del microbus nos dice que la noche anterior cayó por el precipicio un autobus que transcurría entre Lumbini y Kathmandu. Han muerto una decena de personas atrapadas. A pesar de estremecernos es algo que ocurre con bastante frecuencia, nos dice. De noche el camino es oscuro, no hay luces que sirvan de guía por las curvadas y estrechas carretas y a menudo los choferes se duermen. Nos detenemos para bajarnos del autobus y ver la tragedia.


Ya siento ansiedad y me muero de ganas por llegar. Hemos pasado 8 horas sentadas...
Entramos a Kathmandu por fin. Llueve mucho. Hay bastante actividad en la calle, pero la visibilidad es poca por las condiciones del tiempo y estoy agotada (y con menos capacidad observadora) por el viaje. El microbus nos deja frente al hotelito donde nos estaremos alojando. Dejamos las mochilas dentro y decidimos darnos un paseo por la Plaza Durbar en el centro de la ciudad.

¡Me encanta este lugar! Calles adoquinadas y estrechas. Aire fresco como el que se siente en la sierra peruana. Se percibe la altura y la sensación de perpetua anglomeración de humanos que habíamos experimentado en India durante todas las pasadas semanas, ha pasado a la historia. Hay muchísimas tienditas chulas y ya no somos las únicas turistas. Tiene un parecido a Tailandia, este lugar. ¨Hippy trekkers¨ que comienzan su ascensión himalaya y mochilas Northface se venden por todas partes.

Me quedo maravillada con la joyería en las estanterías. Turquesa, plata, piedras preciosas. En otras veo pashmina, telas artesanales, ropa étnica, casi toda de invierno. Hay también cientos de bares repletos de turistas de todas partes del mundo, sin embargo, su presencia no me molesta. De las terrazas escucho reggae y canciones populares que conozco. Un ambiente mellow; me encantó el vibe, de verdad. Compré unas pulseras de plata con turquesa super baratas y al rato entramos en uno de los bares.
Nos sentamos en la terraza en el segundo nivel. Mesas de madera alargadas, estilo banco, donde alguien que no conoces se te sienta al lado. Pedimos una cerveza en botella grande y nos la dividimos.
Nos pasa un iraní por el lado y se sienta. Intenta montarnos conversación. Lleva viviendo en Kathmandu unos meses. Nos habla del hachís nepalí, su aroma, textura y lo popular que es. Nos quedamos hablando un rato con él y luego decidimos continuar el recorrido.

Llegamos a Rum Doodle, un bar-restaurante bastante popular entre viajeros. Ahí nos encontramos con el grupo con quien habíamos compartido en India. Siento felicidad. La pasamos super bien entre cerveza y comida rica. Al final decidimos dejar nuestra huella, literalmente, colgando nuestras fotos (las mismas que nos habíamos tomado para sacar el visado de India) en una pared del local.
De ahí seguimos la marcha hasta llegar a Reggae Bar, otro local que me habían recomendado unos chicos catalanes que conocimos en Varanasi. Lo encontramos con facilidad y en la puerta había que dejar los zapatos. Nos aproximamos a una mesita, todo en madera y ahí estuvimos el resto de la noche. Escuchamos reggae nepalí en vivo. Brutal. Bailé sin poder contener la alegría y tristeza a la vez, ya que sabía que esta parada marcaría casi el final del viaje. Dos piñas coladas y varias cervezas más tarde acabaría nuestra primera noche en Kathmandu.


SOLO SE NACE DOS VECES

Artículo publicado sábado, 2 de diciembre de 2006
Periódico EL NUEVO DIA / NOTICIAS


Por: Sarah V. Platt
Especial para El Nuevo Día


Sobrevivir a un accidente aéreo, vencer al invierno eterno de las cumbres andinas y tener que comer carne humana son terribles experiencias que destruyen a un ser humano... o reafirman su humanidad.

"Che, ¿no estamos volando demasiado cerca de las montañas?"



Fue ésta la frase que anunció que iba a cambiarles la vida a parte de las 45 personas que iban a bordo de un pequeño avión de la Fuerza Aérea uruguaya con dirección a Santiago de Chile, hace aproximadamente 34 años.

La mayoría de los pasajeros eran jóvenes de entre 19 y 25 años, integrantes del Old Christian, un equipo de rugby uruguayo y el resto eran sus familiares y amigos. En lugar de tardar cuatro horas y media en arribar a Chile, les tomó 72 días. Se conoce como el Milagro de los Andes. Es una historia de hermandad, sobrevivencia y fe.

Ahora más de tres décadas más tarde, Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes, ahora cardiólogo pediátrico, además de atender pacientes en su clínica en Montevideo, imparte charlas sobre liderazgo y superación en todo el mundo.

Desde el día que fue rescatado hasta hoy continúa ofreciendo consejería como invitado en diferentes universidades, medios de comunicación y demás organizaciones. Su popularidad llegó a tal nivel que fue nombrado candidato a la presidencia de Uruguay hace varios años.



Actualmente vive junto a su esposa Laura, la persona con quien ha compartido su vida desde los 15 años. Tiene tres hijos. Su primogénito, Ilario, lleva el nombre de la montaña andina donde fueron rescatados los sobrevivientes del accidente.

Sus compañeros del Old Christian, quienes continúan formando parte de su círculo íntimo de amistades, todavía viven en el mismo barrio y celebran juntos todos los 21 de diciembre, hasta el día de hoy, el momento que fueron rescatados.

Desde la perspectiva de los años transcurridos, Roberto Canessa, narra su experiencia.

Sentado en su asiento a bordo de la nave todo parecía normal. De un momento a otro la nieve y las densas nubes dificultaron la visibilidad del piloto, quien pensaba que ya había cruzado la cordillera, aunque estaba aún de frente a las montañas. Un fuerte golpe causó el desprendimiento del ala derecha, que al pasar por encima del fuselaje, arrancó la cola del avión, dejando un boquete en la parte trasera de lo que quedaba de la nave.

De esta forma perdieron la vida varios pasajeros que fueron aspirados hacia atrás desapareciendo en la inmensidad de la nieve, junto a otras partes de la nave.

Segundos después el ala izquierda se partió y una de las aspas de la hélice rasgó el fuselaje. Los pasajeros quedaron atrapados en sus asientos. Trece murieron en el instante, otros fueron gravemente heridos, con piernas partidas, hemorragias, con trozos de hierro atravesando torsos y golpes en la cabeza.

"Sentí un silbido en el aire y fue ahí cuando me di cuenta que el fuselaje de la nave se comenzó a deslizar por la nieve como un trineo durante seis segundos. Sé que fueron seis segundos porque uno de los chicos rezaba el Ave María que dura seis segundos", comenta Canessa, de 53 años.

Al cabo de los seis segundos quedó un silencio total. Canessa, que en aquél momento era estudiante de primer año de medicina, pensó que se había despedazado totalmente, que no tendría brazos ni piernas. Pero al ver que se encontraba en buen estado, sin pensarlo dos veces comenzó a ayudar a los demás.

Aunque su conocimiento en el campo de la medicina no sobrepasaba las células, comenzó a curar las heridas de sus compañeros y sacar los cadáveres que permanecían en la nave. Era la primera vez que presenciaba la muerte tan de cerca. Muchos pensaron que llegarían las ambulancias, la policía y equipo de rescate inmediatamente, pero fueron pasando las horas y al ver que no llegaba nadie y eran ellos mismos los que se tenían que ocupar de la situación, se sintieron como hormigas importentes en el medio de una extensión infinita de nieve. Se había perdido todo. No había ni agua ni comida. Sólo contaban con algunas barras de chocolate y unas cuantas botellas de vino. Era el 12 de octubre de 1972.

"A los diecinueve años te sientes omnipotente, que todo lo puedes". Tal vez fue ese sentimiento que hizo que no se rindieran los jugadores del Old Christian. Al día siguiente se fueron distribuyendo roles de acuerdo a las destrezas de cada uno. Tenían muchas ansias por vivir.

Adolfo Strauch, uno de los chicos, inventó el convertidor de agua, derritiendo nieve sobre un pedazo de aluminio y colocándolo frente al sol. El capitán del equipo, Marcelo Pérez, se encargó de la distribución de "comida" diaria: uno o dos pedazos de chocolate y tres dedos de vino para cada uno.

El frío glacial en el corazón de la cordillera llegaba a los 40 grados bajo cero y con poca ropa de abrigo y nada de comer, las noches se hacían un sufrimiento eterno. La altura y la falta de oxígeno causaban mareos y desorientación. El hambre se acrecentaba cada vez más, y junto a ella, la irritabilidad. Seguían muriendo una persona tras otra, a medida que se iban debilitando los cuerpos y las esperanzaas de salir. "Era como dormir en un cementerio", rememora ahora Canessa.

Sacaron las coberturas de los asientos y las usaban como frisas, improvisaron bolsas de dormir, fabricaron lentes de sol para no quemarse los ojos durante el día. Quemaban dinero para hacer fuego. Y así fue que se fue creando una sociedad en la nieve con leyes improvisadas, donde las personas eran asignada roles y cada cual valía por lo que podía hacer.

"Estábamos en una probeta. Éramos un experimento en el cual tuvimos que transformar un lugar que no era apto para la vida, un lugar totalmente inorgánico, mineral y de treinta grados bajo cero, donde lo único que había eran piedras y nieve, en un lugar donde puedan sobrevivir seres humanos".

Arribó el décimo día desde el accidente cuando uno de los chicos escuchó en la radio que su búsqueda había sido suspendida. Los reunió en el fuselaje para decirles: "Tengo unas buenas noticias para ustedes. Acá vamos a salir por nosotros mismos".

Poniendo a un lado lo surreal y lo traumático que fue esa experiencia, nunca faltó el sentido del humor entre los chicos. Llegaron a los Andes siendo amigos y salieron siendo hermanos. Bromeaban, celebraron cumpleaños, cantaban, rezaban juntos,
trataban de pasarla lo mejor que podían.

Según Roberto lo que los mantuvo unidos, esperanzados y vivos era elhecho que cada cual tenía su razón para vivir. "La mía era ahorrarle dolor a mi madre que se le muriera un hijo. Pensé que si tengo que coger un pedazo de muerto y comérmelo para volver a mi madre, voy a hacer lo que sea, me voy a comer el avión si tengo que hacerlo".

Y así fue que pasó lo inconcebible. Una mañana de domingo se realiza una reunión en el interior del fuselaje en la cual lossobrevivientes deciden que la única alternativa para salir y no morir de frío y de hambre era usar los cuerpos muertos de sus amigos como alimento.

Con una gran sensación de humillación, Canessa tomó un pedazo de vidrio y cortó el primer trozo. En aquél momento dice que pensó: "¿Qué habré hecho yo de malo que Dios me manda a hacer esto? Lo peor era tener que invadir la privacidad de un amigo, invadir su cuerpo". Pero se confortó pensando que si hubiese muerto él y hubieran usado su cuerpo como alimento, se sentiría orgulloso de haber ayudado a sus amigos.

Los muertos no los salvaron, como piensan muchos. Aún después de habérselos comido, se encontraban en las mismas condiciones. El frío seguía penetrando sus cuerpos y la miseria también. La carne humana simplemente ayudó alargar sus horas y fortalecer un poco sus cuerpos. Luego se convirtió en parte de su rutina.

Así fueron pasando los días en el medio de la cordillera. Hicieron expediciones buscando la salida de aquellas montañas, amarrando almohadas a sus pies para no hundirse en la nieve y solo regresaban más débiles y con las manos vacías.

Finalmente llega un día soleado, cuando ya se sentía que el invierno había concluído y Roberto y sus dos amigos, Nando y Tintín, decidieron probar su suerte por última vez. Prepararon un saco donde colocaron suficiente carne humana en trozos y bolsas de dormir improvisadas.

Luego de estar 10 días caminando divisaron una cima de una montaña sin nieve. Arribaron a un valle. Vieron vegetación por primera vez durante dos meses y medio. Escucharon un riachuelo. Corrieron a comer algunas hojas.

Aquella noche durmieron en el valle con una paz nueva. A la mañana siguiente vieron vacas, una lata vacía de sopa y dos campesinos a lo lejos.

Habían llegado a la civilización. Se habían salvado y también habían encontrado la salvación para los que se quedaron atrás, que fueron recogidos en helicóptero por las autoridades locales. Era el 21 de diciembre de 1972.


El periodismo collage de Kapuściński


(Solo una introducción)
La mayoría de los seguidores de la obra kapuścińskiana reconoce que la creación literaria del periodista es heterogénea, difícil de definir y combina una amalgama interdisciplinaria de géneros. Si analizamos el conjunto de la obra, resulta evidente que el autor muestra una extraordinaria capacidad para pensar y estructurar cada uno de sus textos. "La planificación de los libros constituye un tema muy importante dentro del desarrollo creador de nuestro autor ". No existe ninguno que sea igual al anterior. Su intuición de periodista-antropólogo, combinado con su pasión poética y su formación de historiador ponen en evidencia esta amalgama de géneros que se exploran en sus textos. Sin embargo, a pesar de dicha interdisciplinariedad existe un hilo conductor, una continuidad en el pensamiento y una lógica natural en la filosofía de de la obra kapuścińskiana que constantemente hace preguntas al mundo y va tejiendo pedazos de la realidad que nos rodea. Esa continuidad y lógica natural de su pensamiento le permite al autor reinterpretar la imagen que formuló a sus respuestas originales, creando una especie de análisis perpetuo del mundo que observa y en el que participa. De esta manera, el autor pone en evidencia su genuino interés por participar en la documentación y posterior liberación del mundo del siglo XX que continuamente va evolucionando.

La obra Kapuściński se considera un collage primeramente porque es interdisciplinaria, igual que su autor, quien además de escribir reportajes, captaba la multi-dimensionalidad de la realidad por medio de sus apuntes, su sensibilidad poética y la fotografía. Esta última tarea la valoraba como un pasatiempo artístico en lugar de un oficio periodístico, aunque es cierto que las primeras fotografías que tomó las enviaba a la Agencia para ilustrar sus reportajes. Un arte, pues, complementaba al otro y para Kapuściński la similitud entre tomar una buena foto y escribir un buen poema es enorme. Más tarde publicaría Una mirada a África, un libro fotográfico que recoge numerosas imágenes de sus años de recorrido por el continente y que pone en evidencia su interés por alejarse de los estereotipos y acercarse al otro desde otro ángulo no necesariamente periodístico.

A pesar de no dedicarse por completo ni a la poesía ni a la fotografía por las exigencias que debía asumir como corresponsal, ambos canales artísticos siempre le apasionaron. La fotografía representaba para él, otro canal para capturar y expresar la realidad que observaba y termina atrayéndole incluso más que el registro de los meros hechos. Las principales influencias interdisciplinarias en la obra kapuścińskiana, son pues, la fotografía y la poesía: dos artes que se complementan entre sí.

Periodismo y literatura



A pesar de caracterizarse por manejar dos corrientes diversas, la literatura y el periodismo comparten muchas características. Ambos tipos de escritura son creaciones artísticas asociadas con las letras y manejan nociones culturales y sociales que van cambiando dependiendo de la época de su creación. Para el profesor Fernando López Pan, esta esencia en común es la capacidad de ahondar en la condición humana. "El periodismo consiste en dar cuenta de la sociedad del presente, y de los asuntos que la afectan en un momento determinado" , expresa. En Literatura y periodismo, una tradición de relaciones promiscuas, Albert Chillón menciona dos definiciones del periodismo. La interpretación antigua consideraba la disciplina como "un oficio eminentemente práctico caracterizado por el dominio de un repertorio de habilidades técnicas aptas para capturar "la realidad" o "lo que pasa en la sociedad" y luego "reflejarlo objetivamente" en ese nítido espejo de los medios de comunicación". La más reciente, por otra parte, define el campo como: "una profesión intelectual cuya esencia interpretativa hace inevitable la integración dialéctica de la cultura y la capacidad de discernimiento crítico por un lado, y las habilidades expresivas y técnicas, por otro" .

Las nociones que definen el periodismo y la literatura y las fronteras entre ambos tipos de escritura se tornan cada vez más indescifrables. Mientras más la literatura se ajusta a la veracidad y la cotidianeidad de los tiempos, el periodismo va evolucionando hasta convertirse en un género más literario. Son tantos los escritores de ficción que comenzaron su carrera siendo reporteros y muchos los periodistas que optan por aislarse de los medios y difundir sus historias por medio de libros. Son precisamente estas historias las que adoptan elementos de la literatura y forman parte del movimiento del periodismo narrativo, periodismo de creación, realismo mágico, periodismo literario o nuevo periodismo. Sin importar el nombre que se le emplea, dicho género recoge una prosa creativa que ilustra eventos reales de la actualidad. Cumple además con un estilo, función, materia y epistemología diversa que el periodismo de prensa. Asimismo, dichas historias rechazan de manera evidente el modelo periodístico que narra hechos desde un punto de vista exclusivamente informático, expositorio y explanatorio. Merece la pena señalar cómo el Nuevo Periodismo constituye una perfecta amalgama en la que se combinan técnicas periodísticas tanto como literarias.

Al comenzar los años sesenta un nuevo y curioso concepto, lo bastante vivo como para inflamar los egos, había empezado a invadir los diminutos confines de la esfera profesional del reportaje. Este descubrimiento, modesto al principio, humilde, de hecho respetuoso, podríamos decir, consistiría en hacer posible un periodismo que… se leyera igual que una novela

Según Wolfe, el Nuevo Periodismo norteamericano cobró fuerza con reconocidas figuras como Truman Capote, John Sack, Hunter Thompson, Joan Didion, Rex Read y Norman Mailer, entre otros, quienes hacían que sus lectores, a través de un narrador, hablaran con sus personajes. Esta corriente, que originó la década de los 60, también se caracterizó por el empleo de escenas y diálogos y el uso de prosa persuasiva con estilo novelístico. El nuevo periodismo nunca se consideró un movimiento ya que carecía de una escuela, manifestantes y salones de reunión. Se trataba más bien de una reacción por parte de un grupo artístico que reflejó un aparente rechazo hacia las rígidas rutinas, técnicas y formas del periodismo del momento. Con la publicación de A sangre fría, por ejemplo, Capote anunció que se había salido fuera de los límites de la literatura y había llegado a crear un nuevo género: la novela de no-ficción. A pesar de haber empleado una metodología periodística, ya que dedicó cinco años a la investigación meticulosa del asesinato de la familia Clutter de Kansas, los elementos creativos del realismo mágico caracterizan la obra y la asemejan más al género literario.

Muchos de los autores que se adscriben al nuevo periodismo norteamericano escribían sus novelas a base de instinto, más que de teoría, e improvisaban con elementos inventados. Según Wolfe, "el diálogo realista capta al lector de forma más completa que cualquier otro procedimiento individual. Al mismo tiempo afirma y sitúa al personaje con mayor rapidez y eficacia que cualquier otro procedimiento" . El punto de vista narrado desde un protagonista-testigo en tercera persona fue otra técnica empleada por los exponentes de este nuevo género. Wolfe insistía en que el método "de presentar cada escena al lector a través de los ojos de un personaje particular, para dar al lector la sensación de estar metido en la piel del personaje y experimentar la realidad emotiva de la escena tal y como él la está experimentando" , aporta una forma realista a la historia. Estos autores no sólo experimentaban con elementos literarios y prosaicos, sino también con la gramática y puntuación para dar vida a sus personajes y al guión que creaban.

Descubrí que cosas como los signos de exclamación, las cursivas y los cambios bruscos (guiones) y las síncopas (puntos) contribuían a crear la ilusión de que una persona pensaba. Solía divertirme poniendo puntos suspensivos donde menos se esperaba, no al final de una frase sino en la mitad, para crear el efecto… de un ritmo discontinuo

En 1978, Kapuściński se auto-consideró un simpatizante del Nuevo Periodismo norteamericano, una corriente que definió como la narración de unos hechos reales caracterizados por el empleo de técnicas literarias de expresión. Consideraba el nuevo género como «periodismo libresco» y más tarde Hunter Thompson, uno de los principales exponentes de dicha corriente la definiría de la siguiente manera:

Un tipo de reporterismo consistente en sumergirse hasta la coronilla en los hechos y situaciones que el periodista quiere desentrañar. El reportero gonzo no sólo observa pacientemente o acompaña a los protagonistas de los acontecimientos- a la manera de James Agee- , sino que él mismo se convierte en un verdadero participante observador; desde el interior de la situación, es capaz de ofrecer después un relato que nace sobre todo de la propia experiencia .

La obra kapuścińskiana constituye un interesante estudio de caso para analizar y adentrarse en las técnicas del neo-periodismo por varias razones. En primer lugar su periodismo abarca una amplia gama de temas controversiales que comparte también con otros periodistas literarios norteamericanos. Aplicó a dichos temas de no-ficción, técnicas de la escritura de ficción, un fuerte voz de narrador testigo que discute con el lector sus pensamientos y sentimientos internos, evaluaciones subjetivas de protagonistas y hechos reales del mundo social y político, personajes compuestos (formados de más de una persona), citas directas, diálogos y la cobertura de hechos, en su mayoría, indocumentados. Similarmente a otros periodistas literarios, Kapuściński utiliza el modelo cuentista de la narrativa y otras técnicas estilísticas asociadas usualmente en la escritura de ficción.

La manipulación de la información en los medios y la censura política



Por ser propulsor de la ética periodística, a Ryszard Kapuściński le preocupaba sobremanera la manipulación de la información generada por la prensa. Además, le alarmaba la percepción del Otro que algunos sistemas políticos han transformado en enemigo o amenaza del estado. Llamaba a este último, un “fenómeno culturalmente universal” que llevado a un extremo se manifestaba en forma de políticas de segregación y racismo, como el apartheid, o peor aún, el genocidio. Según el periodista, el siglo XX se caracterizó, entre otras cosas, por dominios políticos de odio y de rechazo hacia el Otro, como el nacionalismo, fascismo, estalinismo y el racismo que causaron efectos monstruosos para cientos de millones de personas.
Como corresponsal de la Agencia Polaca de Noticias durante casi tres décadas, el periodista pudo presenciar de primera mano algunos de los numerosos acontecimientos sociopolíticos que se llevaron a cabo en la segunda mitad del siglo XX. Aunque no estuvo presente en todos los sucesos que se mencionarán a continuación, el periodista enumera nueve principales episodios de genocidio que se efectuaron en diversos países durante el siglo XX, muchos de los cuales han sido ignorados por los medios de comunicación. Según Kapuściński, dicha época analizada en términos generales, ha sido considerado un periodo afligido por dos guerras mundiales y donde han gobernado dos regímenes totalitarios: el fascismo y el comunismo. Sin embargo, considera que los medios hasta cierto punto ignoran esta realidad, solo para exaltar otros dos acontecimientos, primero en los campos de concentración del Holocausto judío, y segundo, con la bomba nuclear en Hiroshima y en ninguna parte se encuentra evidencia de la gravedad de los efectos producidos por esta larga, la genocida que exterminó grupos étnicos de tantos países.

A pesar de haber sido perpetrados durante la era contemporánea en las más diversas sociedades y culturas, por gobiernos en legal ejercicio del poder y tras campañas cuidadosamente organizadas que presentaban a las futuras víctimas como “enemigos del pueblo”, los genocidios son percibidos como hechos aislados e irracionales, sin vinculaciones mutuas, en un mundo sobre informado y bajo vigilancia .

El periodista opinó que los daños causados y las vidas que se cobraron en estos acontecimientos fueron incluso mayores que en las dos guerras mundiales. El problema surge entonces con la visión reduccionista de la realidad del mundo que se ve reflejada en los medios de comunicación. Kapuściński solía decir que “en una dictadura, se recurre a la censura; en una democracia, a la manipulación" .
El periodista argumentaba que existen diferentes modalidades de manipulación en la prensa internacional. En los periódicos, por ejemplo, la información que se escoge para publicar, el lugar donde se elige, el título que se le da a la información y el espacio dedicado a un acontecimiento en particular, representan una prioridad mediática. En lugar de mentir, muchos medios se limitan a no decir la verdad u omitir informaciones. "Los temas principales que dan vida a las «noticias del día» deciden qué pensamos del mundo y cómo lo pensamos" . La influencia de los medios es tan inmensa en la mente de los ciudadanos que poseen acceso directo a ellos y agilizan la construcción de un mundo que en muchas ocasiones tiene que ver muy poco con la realidad que afrontamos.

Esta construcción de la opinión pública es profundizada en la teoría del agenda-setting postulada por Donald Shaw y Maxwell McCombs, que investiga cómo los medios de comunicación dan prioridad a la información y las historias que consideran atraerán más interés del público y el espacio y la importancia que se les otorga. Del mismo modo que los medios deciden dar más importancia a ciertos temas, también disponen excluir otros. Por tanto, existe una aparente correlación entre la agenda mediática y la agenda del público, que se ve moldeada directamente a través de la realidad reduccionista que reflejan los medios. Dicha teoría se originó con la hipótesis que los medios informativos no son el único factor que influye en la opinión del público hacia ciertas noticias, sin embargo sí condicionan al público sobre qué informaciones pensar.

El doble oficio de Kapuściński



En esta sección se analizará el oficio de periodista per se en la trayectoria del autor. Se mencionarán las razones por las cuales el autor desempeñó un doble rol durante su trayectoria profesional: primero como corresponsal y más tarde como autor de una veintena de obras. Por una parte las condiciones como periodista corresponsal le permitían la oportunidad de viajar y conocer el mundo fuera de las entrañas del censurado régimen soviético en Polonia. Sin embargo, el periodismo que ejercía para la Agencia Polaca de Prensa no le satisfacía a nivel creativo ni le proporcionaban las posibilidades de plasmar la verdadera realidad de los países donde se encontraba. Los telegramas que enviaba a Varsovia se limitaban a unas pocas palabras, razón por la cual el autor optó por ejercer además de la corresponsalía, el rol como escritor de un periodismo literario de carácter singular. En sus libros encontró un escape del periodismo de agencia en el que siguió las demandas de la integridad periodística a la vez que se podía permitir un espectro más amplio en cuanto al uso de técnicas literarias. Merece la pena señalar que Kapuściński además, trazaba una separación entre lo que escribía para sí: textos más creativos, heterogéneos, no-moldeables a un solo género--- y los textos de finalidad puramente periodística, que redactaba durante sus recorridos como corresponsal, combinando noticias de recortes de prensa y otras fuentes.

El escenario periodístico, pues, produce o resulta en el escenario literario del autor, ya que ofrecen a Kapuściński la oportunidad de ser testigo de los cambios sociales, políticos e históricos del mundo e incurrir en aventuras que jamás hubieran surgido bajo otras circunstancias. Su rol como corresponsal le acercó además al ideal de la revolución y los guerrilleros que combaten por un ideal y defienden su dignidad e independencia ante condiciones extremas de lucha y guerra. La corresponsalía le acerca, ante todo, al otro: ese personaje que tanto le apasiona que lucha por sobrevivir, en medio de la guerra y/o pobreza y casi nunca tiene voz propia. También se investigará la metodología reporteril que empleó y las técnicas que utilizó para acercarse a la realidad política y social de los países que visitaba.

Fue en África donde Kapuściński realmente se formó como corresponsal. Responsable de transmitir la información de cincuenta países a la vez durante un momento histórico único, el periodista rebosaba de historias interesantes para contar. Sin embargo, a diferencia de los reportajes que desarrolló mientras trabajaba como reportero principiante en Polonia y más tarde sus primeras crónicas africanas, los diez años como corresponsal en el extranjero se caracterizan por el dominio de otros géneros periodísticos menos personales, como el análisis de actualidad, artículos de opinión y los despachos de prensa. Muy poco de este material ha sido traducido, razón por la cual no será tratado en esta investigación. No obstante, es evidente que su trabajo como periodista de agencia cobró gran importancia, ya que durante esos años se desarrollaron todas las experiencias que aparecen grabadas décadas más tarde en sus libros.

Una mirada al mundo