¡Hasta la próxima, Polonia!

5-4-3-2-1... Ha llegado el momento. Los calendarios de mi piso llevan los días tachados. Cajas y maletas arropan el suelo. Ya casi ha llegado la hora de mi partida. Dos años muy productivos e enriquecedores me ha regalado este país. Soy extremadamente feliz por ello. Pero ahora toca volver a la tierra que me vio nacer, la isla de Puerto Rico. A ver si logro poner en práctica todos los sabios consejos de vida que me ha otorgado esta experiencia en el caótico Caribe. Difícil es digerir las cosas mientras se viven, pero aquí les dejo un intento de resumir las cinco experiencias polacas que más he disfrutado y extrañaré mucho, pero mucho...

1. La bici como principal método de transporte

Wrocław es por lo general una ciudad plana. Hay carriles de bici en casi todas partes. Esto facilita bastante moverse sobre ruedas, aunque tampoco previene las múltiples veces que he pensado morir a cuenta de conductores que giran desprevenidamente o ponen ojos ciegos a los ciclistas. Ir al trabajo todas las mañanas en bici es algo que amo. En Puerto Rico es impensable, pues la isla, desafortunadamente, no está diseñada para ciclistas. Esperemos que en un futuro cercano esto cambie...

2. Xavi

Mi mejor amigo y cómplice de vida durante el último año y medio
La lista de lo que extrañaré de este ser humano es interminable. Comencemos por los paseos en bici al Park Tołpy a darle de comer pan a los patos y peces, sentarnos en uno de los bancos del Park Leni a inventarnos historias sobre la gente del barrio, los almuerzos y cenas puerto-polacas, los viajes a Studniska, el pueblo que le vio nacer, cerca de la frontera con Alemania, las risas, la paciencia, su amor por las bicis, sus accidentes, las diferencias culturales, los cumpleaños, el pasar de las estaciones, etc. etc. etc.

3. Los almuerzos en Hala Targowa, principal mercado de Wrocław

En una entrada anterior les hablé sobre los Bar Mleczny "Bares de Leche", residuo gastronómico de la época comunista, donde puedes comer un plato enorme de comida polaca como hecha en casa (carne, papas y ensalada) por alrededor de $2. Ir en bici hasta Hala Targowa, pedir una cajita de comida para llevar y disfrutar un almuerzo al aire libre en Szalet Café, frente al río Odra, es una de esas pequeñas delicias que ofrece la vida en Polonia.

4. Piwo z sokiem imbirowy (cerveza de barril con sirop de jengibre)

Cuando primero llegué a Polonia me pareció rarísimo ver cómo la gente pedía cerveza con sirop en los bares. Y no sólo eso, sino también con sorbeto! Primero intenté el sirop de frambuesa, pero no tardaría en cambiar al de jengibre, pues le añade un toque suave que modera la acidez habitual de esta bebida y produce un color más oscuro y de mayor textura. Ahora dos años más tarde, se ha convertido en mi bebida de preferencia y estoy segura que la echaré de menos... (¡al igual que a ti, Ania!)

5. Mi vida académica

Estrés, ansiedad, satisfacción. El final de mi doctorado, la publicación de mi primer libro, docencia en dos universidades, participación en congresos internacionales, preparación de artículos y ponencias.
Gracias a Polonia, todo comenzó. Ryszard Kapuściński fue la razón y gracias a mi amor por él y la curiosidad por aterrizar en su tierra, todo se ha logrado fruto de gran esfuerzo y dedicación. Ahora intentaré llevar su obra al Caribe y a otros países donde casi no se le conoce para que siga viva su leyenda.

Con esto queda claro que no es un adiós, sino un hasta luego... ¡Te echaré mucho de menos, POLSKA!

Santiago sin Camino


Dicen que aquí llueve 368 días al año. Sin embargo, no caen chaparrones ni diluvios. Hay muchos días en que te empapas la ropa, los zapatos, el bolso, todo... aunque no de gotas. Parece como si el aire estuviese cargado de un spray perpetuo que te humedece sin cesar. A veces es difícil acostumbrarse a ello. Cuando subes al autobús todo el mundo va con el pelo mojado, el paraguas también. Nadie se queja ni lo comenta siquiera. Es Santiago y todo el mundo sabe que aquí llueve mucho. 

Otros días como hoy el sol brilla y la gente aprovecha para sentarse en una terraza a tomar algo o a echarse sobre el césped a conversar con amigos. Hay muchos parques que arropan la ciudad, aunque, para mí el más bonito es la Alameda. Desde aquí puedes llegar a varios miradores desde donde tienes unas vistas alucinantes de la catedral y sus alrededores. 

Santiago es pequeñita. De hecho, si te pones a caminar sin rumbo, tienes más que seguro que terminarás en algún punto conocido. Llevo cuatro días aquí, en la ciudad símbolo de purificación, de transformación. El ícono que ha sido utilizado para representar a Santiago desde hace muchos siglos es la concha, o vieira, como le llaman en gallego. Es como si la ciudad fuese un pequeño microcosmos donde te encierras en tu propio mundo y eres inmune a todo tu alrededor. Santiago te protege, te llena de cierto misticismo. 
Todo es limpio. La gente sabe disfrutar sin perder el control. No hay mucho ruido. La mayoría de los locales con los que me topé fueron tan amables y estaban tan abiertos a conversar que vuelves a recuperar la fe en la naturaleza humana. Además, el casco viejo impresiona, no sólo por lo bonito y antiguo, sino sobre todo por lo bien conservado que se encuentra. En Santiago la gente cuida su ciudad. La quieren, la protegen. Y se nota. Es una sensación refrescante.
.
Estos cuatro días que llevo aquí han estado perfectamente equilibrados entre paseos, conversaciones con locales y conferencias a las que he asistido y participado por motivo del Congreso IBERCOM 2013 titulado Comunicación, Cultura y Esferas de Poder en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Universidad de Santiago de Compostela. Nada me ha faltado en Santiago. Sin embargo, algo sí me ha sobrado. 

Me refiero al Camino recorrido por cientos, en verano hasta miles, de turistas. Se trata de gente de todos los países, edades e intereses que por alguna manera u otra se encuentran en este sendero en busca de algo. O tal vez no. La verdad es que no lo entiendo. El Camino de Santiago se ha convertido en otro producto comercial más. Una atracción turística que transforma a la ciudad de Santiago en otra cosa. En un punto del mapa plagado de tiendas que venden souvenirs ¨made in China¨ en lugar de ser fabricados por artesanos locales. Un lugar donde en vez de silencio oyes desde la calle a los turistas alzando la voz en idiomas desconocidos. Un lugar donde ves muchas mochilas y conchas que cuelgan de ellas, pieles blancas quemadas por el sol (¿qué sol?, no lo entiendo!) pies heridos de caminar, hostales repletos, y poca espiritualidad.

Yo por mi parte, prefiero trazar mi propio sendero, no el de miles de peregrinos. Y asimismo, guardar en mi memoria al verdadero Santiago, sin Camino... 

Crónicas de un motel- Introducción

Estos son trozos de un libro que nunca fue...

Vivo en una pequeña y muy húmeda habitación en la segunda planta de un motel. Es tan húmedo mi aposento que muchas veces, para sacar el olor a hongo que impregna las pocas piezas de ropa que llevo, debo lavarlas más de una vez. Pocas noches duermo. No sólo porque trabajo el turno nocturno, sino porque cuando finalmente logro cerrar un párpado, los orgásmicos gemidos y gritos de mis clientes penetran en mi cerebro hasta ganarme la lucha del sueño. 

Llegué a este lugar hace unos años. No escapé de la situación en mi país, ni fui en busca de una mejor vida, como es el caso de muchos inmigrantes. Mi caso fue diferente. Nunca pensé salir de Colombia ni separarme del Poblado de Medellín que me vio crecer. Ahora que han transcurrido cinco años quise darme la tarea de contar al mundo, la baraja inesperada que me jugó el destino.

Todo comenzó a la corta edad de 21 años, cuando decidí dejar atrás la realidad paisana que me había sido el escenario de mi niñez y adolescencia, hasta verme convertir en una jovencita, para aproximarme a las entrañas de la dura realidad de ser mujer. Buscaba salir del hogar que compartía con mi madre, una mujer humilde y trabajadora que luchó toda su vida por echar hacia adelante a su familia y había sido, por desgracia, víctima de una cruel traición por parte de mi padre, quien decidió fugarse con mi tía y desaparecerse del mapa por casi una década. Mi hermano también compartía el mismo techo con nosotras, aunque en sus momentos de lucidez y sobriedad, que por cierto, podían contarse con los dedos de la mano, jamás se dio la tarea de contribuir en un sentido productivo al hogar. 

Yo por mi parte, me había licenciado como diseñadora, luego de haber cursado dos años de ciencias forenses y darme cuenta que terminaría siendo una carrera infructuosa, impulsada solo por las horas que me pasaba delante del televisor viendo series criminales que me erizaban la piel. En fin, una vez culminé la carrera como diseñadora de modas comencé a trabajar en una empresa, haciendo un poco de todo. Mi sueldo alcanzaba para contribuir a mi hogar y alivianar las deudas que mi madre, como proveedora principal, debía costear. Por esa parte, reinaba en mí un sentido de satisfacción. Por otro lado, las largas horas que invertía en la empresa no se veían recompensadas una vez llegaba a mi casa y me encontraba, primero a mi hermano pasado de copas, y segundo, con las insinuaciones carnales y las hostigamientos que me hacía uno de mis jefes. Éste último, era un hombre que me llevaba más del doble de edad y me había ofrecido el mundo solo por compartir mi tiempo a su lado. Al no recibir lo que buscaba, decidió hacerme la vida imposible en el trabajo. Un día decidí que no lo iba a seguir tolerando. Con la frente en alto le dejé claro que no regresaría y que podía enviar por correo a mi madre la liquidación de sueldo que me correspondía.

Ese día no llegué a casa. Tampoco avisé. Me fui directo a la estación de autobuses. Sin rumbo definido y con la mente completamente aturdida, me senté en un banco a esperar que llegara alguna señal del universo que me dirigiese un camino a seguir. 

Al cabo de unas horas, me di cuenta que aquella señal que buscaba, la tendría que provocar yo misma y me subí a un bus de esos que van haciendo paradas en cada pueblecito. Decidí bajarme en cada parada y sin ningún propósito definido, anduve por las callecillas hasta que se aproximó la noche. Me alojé en una localidad anónima durante una semana. La liberación corría por mis venas. Era la primera vez que salía de casa y un gran sentimiento de infinitud y alivio me inundó. Había conseguido lo que buscaba: salir de mi situación y finalmente decidí emprender mi ruta hacia Santa Marta, la ciudad donde vivía mi hermana.

Santa Marta resultó ser un cambio muy agradable para mí. Mi hermana y su familia me acogieron y no tardaría en establecerme en aquel nuevo hogar. Un vecino me echó la mano y por una corta suma de dinero logré comprar un pequeño almacén que guardaba todo tipo de artículos de primera necesidad. Comencé vendiendo pasta de diente, comestibles, artículos de cocina y primera necesidad, entre otros productos a los residentes del vecindario. Iba de puerta en puerta entregando y cobrándolos y tras algunas semanas establecí una amistad con algunos clientes. Algunos venían a charlar y compartir un rato conmigo. Keila fue una de estas personas…

Congreso Internacional IMAGEN DE LA MUJER @ Wrocław

El fin de semana pasado la Escuela Superior de Filología de Wrocław fue la sede del V Congreso Internacional dedicado en esta ocasión, a la imagen de la mujer. Se presentaron diversas ponencias relacionadas a la imagen de la mujer en el arte, la política, la cultura, la lengua, el cine y otros, en distintos países alrededor del mundo como México, Perú, Polonia, España y, en mi caso, Puerto Rico.

Este congreso marcó la primera ocasión en que exploré un tema completamente diferente y con mucho orgullo aproveché para llevar a cabo una pequeña investigación acerca de la historia femenina en Puerto Rico desde la época precolombina hasta el presente. Un tema que abarca muchísimo, lo sé. Por esta razón titulé mi ponencia Un breve recorrido socio-histórico de las mujeres en Puerto Rico e intenté sobre todo, mostrar al público internacional presente una mirada acerca de la participación femenina en la isla a través de la historia, que ha sido, en comparación con otros países, muy significativa.

Comencé presentando a las taínas y su rol dentro de la sociedad matrilineal a la que pertenecían, que fue, según hallazgos, muy importante. Las taínas luchaban en conflictos bélicos, algunas asumieron importantes posiciones políticas como cacicas y fueron representadas en la religión, la literatura y otros aspectos de la vida cotidiana. Luego presenté a la mujer española, aunque en un principio, eran muy pocas las que arribaron a la Isla en el siglo XVI. Su rol dentro de la sociedad se caracterizaba sobre todo por su responsabilidad de procrear la raza, y estudios revelan que se les obligaba a procrear cada año de su edad reproductiva, hasta llegar a parir entre 15 y 18 hijos! A menudo eran víctimas de abuso por parte de sus maridos y se les consideraba ciudadanas de segunda clase. En tercer lugar, presenté a la mujer africana introducida en la Isla como esclava agrícola y doméstica. Un dato curioso es que las investigaciones revelan que era una costumbre habitual que las esclavas amamantaran a los hijos de sus patronos. Increíble, ¿no?

Más tarde pasamos a manos de E.U. y la invasión norteamericana ocasionó muchos cambios para la mujer puertorriqueña, sobre todo en el ambiente laboral, ya que al cambiar el modelo económico de la Isla a uno capitalista, las mujeres pasaron a convertirse en empleadas asalariadas en industrias norteamericanas de la aguja y el tabaco.

¿Sabías que Puerto Rico fue uno de los países americanos que primero concedió el sufragio universal femenino? En 1932, por fin, después de numerosos esfuerzos, las mujeres obtuvieron este derecho.

En la actualidad uno de los problemas que más afecta la población femenina en PR es, en mi opinión, la desigualdad de género que apunta a 9 mujeres por cada hombre. Se ha catalogado a PR como La isla de las solteras. Un paraíso para muchos hombres, sin embargo, un gran problema con efectos psicológicos y sociológicos para las mujeres. ¿Qué produce esto? Pues, muchas relaciones con patrones abusivos, numerosas familias lideradas por mujeres, una gran frustración para muchas mujeres que quieren formar hogares y convertirse en madres, pero desgraciadamente por una cuestión demográfica, no lo consiguen.

En fin, la historia de las mujeres en PR es un tema interesantísimo, que abarca muchas ramas dentro de la sociedad y que aunque aún queda mucho camino por recorrer en la lucha por la igualdad de género, como puertorriqueños podemos enorgullecernos porque este colectivo ha logrado y continúa logrando muchos avances para el bienestar futuro de las mujeres.

SEXMISSION: A Polish Sci-Fi Cult Must-See Film

Last night my good friend Edyta Juszczyszyn, director of InPolish Language Academy in collaboration with the International Friends of Wrocław Club hosted a Polish Film Evening where the classic sci-fi movie, Seksmisja (Sexmission in English) was screened and discussed. As a fan of Polish films, I didn't hesitate to attend and was pleasantly satisfied with my decision in the end.

Seksmisja was produced in 1983 during Martial Law in Poland, a time when the authoritarian government of the People's Republic of Poland restricted daily life in an attempt to crush political opposition.  Martial Law was considered to be a "state of war"  where several hundreds of political opposers were imprisioned, while many others were killed. Telephone lines were also disconnected, mail was censored, independent organizations were delegalized, and lessons in schools and universities were suspended. Moreover, the military practically managed every source of communication, civilian telephone conversations were monitored, journalists and teachers were banned from their professions, as well as many daily activities were forbidden. It was a time of strict censorship in Poland and till this day it is still possible to witness the effects of this tyranny through people's attitudes, as well as other cultural and artistic expressions.


Seksmisja is considered to be a classic Polish cult science fiction flick, which blends satire and humor in an attempt to portray what Polish life was like during these two years. Jerzy Stuhr, one of Poland's leading actors, who has also starred in many of Kieślowski's films, is one of the leading characters. Basically, the plot of the movie is that these two guys, Max and Albert, have agreed to undergo the first human hibernation experiment. Instead of waking up a few years later as was planned, they find themselves in the year 2044 in an oppressive female society where men have become extinct.

Max and Albert suffer the abuses from these tyrannical women who believe that men are evil and this is the reason why they have been exterminated. The women finally decide that there is no point for these guys to exist anymore so through a court hearing they determine to put them through a "naturalization" process in which their sex will be changed. Finally, after many attempts, one of the female scientists helps them escape this world of oppressive feminism where no one is allowed to exit the highly technological huge building where everyone lives because of their fear of lack of oxygen and radiation outside. In the end the guys are able to escape wearing space-suits and once they find themselves in the outdoor world, they realize that they are in fact able to breathe without the suits. Later on they find a beautiful house in the woods where they end up living and enjoying life's simple pleasures such as fresh food, sex, and liberty.

Seksmisja is a must-see not only for people who reside in Poland, but for everyone who is curious about the world during the post-war period, the communist bloc, and the female participation in all of this epoch. It contains heavy satire and allusions, while also making you laugh at the outrageousness of the situation.
(Marianna Stuhr, left; Edyta Juszczysyn, right, at last's night's screening)

According to actor Jerzy Stuhr's daughter, Marianna, who was invited as a guest to last night's screening, the movie has also greatly influenced Polish slang. There are many phrases taken from it that are still used today. "During Martial Law people had no access to international movies, so they would watch this film 20 times. It would give them an opportunity to laugh", she said. The funny thing is that 30 years later, Seksmisja is still on the stalls of many popular stores and continues to be considered leyendary. Most of it was shot in Krakow's underground salt mine, a UNESCO Heritage site, so the visuals are also truly stunning. The film  perfectly captures the feeling of being stuck in a tyrannical system, in this case ruled by women, which is another allegory of Martial Law.

According to Marianna, dictatorships such as this one had one positive thing, for they encouraged artists and filmmakers to unveil their deepest emotions and ideas, which were otherwise forbidden in everyday life. "With freedom of speech it gets harder to push yourself and produce such works of art like this one", she says.


Matisyahu in Wrocław


His real name is Matthew Paul Miller, but no one really knows calls him that. At least not his fans. He goes by his Hebrew and stage name which means "gift of God". He was born on June 30th, same as me, although three years earlier, somewhere in Pennsylvania. His family brought him up as a Reconstructurist Jew and much of his upbringing was spent in Hebrew school learning the pillars of Judaism. By the time he was a teenager, he began to rebel against this doctrine and experimented with hallucinogens and other drugs. At one point he auto-proclaimed himself a "Phishhead", and followed this band around on tour all over the country. 

Years later this phase of his life seemed to fade away as he began participating in different heritage programs where he reconnected with his Hebrew roots and decided to adopt Orthodox Judaism as his philosophy of life. He began playing music with different Jewish bands and eventually adopted the name Matisyahu, the English equivalent of Matthew. Matisyahu's musical style is heavily influenced by reggae, although he also fuses contemporary rap, hip hop and beatboxing styles to create quite funky rhythms. 

As a member of a Hasidic sect Matishayu's music is also heavily influenced by his Jewish roots, although he considers legends such as Bob Marley, Phish, God Street Wine, and Rabbi Shlomo Carlebach to be his main musical inspirations. However, since last year Matisyahu's Jewish identity has begun to be questioned. In one of his most recent videos "Sunshine", he seems to have dyed his hair blonde, lost his ever-so-present yarmulka, and his lyrics are often contradictory with regards to the Hebrew history and geopolitical situation, which have all stirred great controversy among his Jewish community and followers. 

Last night Matisyahu, who I consider one of my favorite musicians at the moment, performed in Hala Stulecia in Wrocław. I had been looking forward to see him live and eagerly awaited his arrival onto stage from my seat in sector A1. The concert, which was supposed to begin at 19:00, was delayed. Another pseudo-reggae group opened the performance and played for a little more than an hour. Matisyahu, who was scheduled to start at 20:00 seemed to also be delayed by technical or other difficulties. 



From the moment he appeared on stage I was truly disappointed. Who was this guy dressed in baggy jeans, a sideways cap, and dark sunglasses? This "poser" looking attire was a totally different image to the one he used to represent. Without hardly even greeting his crowd, he began singing what appeared to be a new song. The sound was awful and it was quite hard to understand what the lyrics of the tune were. His attitude towards the crowd was pompous.  He later began stripping his layers down and jumping all around the stage like a madman. At a certain moment he clung exstatically onto the speakers as though he were high on something. 

With the exception of his "Jerusalem" and "Chop Them Down" interpretations and maybe a couple of other songs, the concert was a true disappointment. Hardly any beatboxing took place and neither did he make an effort to speak to his fans or spread his message as not only a musician, but a leader of his community. His attitude towards the crowd and the moment were completely different to the down-to-earth, peaceful, in tune vibe that characterized him in recent years. His message and performance seemed contradictory and apparently, I'm not the only one who holds this belief.

 In one of her articles, author Rachel Zimring states, "Matishayu is a voice for peace, appealing to fans via a clichéd call for universal acceptance of all religions and cultures and collaborating with a diverse variety of artists. Yet, Matisyahu´s work often (quite literally) utilizes Holocaust imagery and Jewish iconography to affirm the Jewish claim to Israel without reference to 20th century politics". He ignores, for example, the Palestinian situation.

Does this mean that we should add Matisyahu to the list of clichéd artists who proclaim universal peace and love through their lyrics, as well as the importance of cultural and ethnic identity, while displaying completely contradictory and weak performances to their fans? If he feels so committed to spreading his message, then why not use every available opportunity to do so?

The world needs more decisive leaders in music and less phonies and posers, however, as your fan I will opt to giving you a second chance and continue supporting your music, although your message is now questioned... 







Una mirada al mundo