El oficio: Actitudes, reforma y valorización




En este epígrafe se examinará la evolución del oficio del periodismo según el autor, además de su propia trayectoria. Kapuściński sostenía que uno de los principales cambios producidos con la llegada de la era digital ha sido la transformación del oficio periodístico y los cambios en actitudes y dirección mediática. La popularidad del trabajador de medios ha pasado a sustituir el rol del antiguo periodista, conocedor de la pluma y del territorio que cubría. El trabajador de medios en cambio ejerce múltiples roles dentro del negocio que manejan los administradores de los medios de comunicación. Según el autor la valoración de la información también ha evolucionado. Ahora en lugar de ir tras la verdad el media worker intenta competir por traer las noticias más solicitadas antes que sus contrincantes.

Es incuestionable que con la llegada de la nueva era tecnológica y la facilidad e inmediatez con que se transmite ahora la información, el oficio del periodismo ha evolucionado. Con la creación de nuevos y más avanzados medios, Kapuściński también sostenía que se había dado fin a los tiempos en que el periodismo era considerado una misión seria, prestigiosa -una "profesión reservada a los elegidos "- y no una carrera como cualquier otra. El periodista consideraba que éste constituía un cambio radical en la visión del oficio y la manera en que se ejecuta. Antes de la llegada del periodismo digital las escuelas que se dedicaban a adiestrar a los futuros profesionales del campo eran limitadas. Ahora, sin embargo, son cada vez más proliferadas las instituciones que se encargan de instruir a individuos que: “practican el periodismo sin estar identificados con esta profesión o sin haber decidido consagrarle plenamente sus vidas o lo mejor de sí mismos" .
El oficio del periodismo ha pasado a convertirse en un pasatiempo para muchas personas, incluso muchas que no han sido formadas o adiestradas en el campo. Tanto así que son cada vez menos las personas que entregan su cuerpo y alma a este oficio y que jamás pensarían en dedicarse a otra cosa. Las nuevas tecnologías no sólo han provocado un cambio considerable en la manera de ejercer el oficio, sino también en el valor de la información. A medida que se multiplican los medios, la información se convierte en un negocio, que en lugar de estar regido por una ética de autenticidad y veracidad, se somete a las leyes del mercado. Lo importante aparenta ser la creación de información que suscite el interés del público en masa y producir considerables ganancias para la industria.
En el pasado se consideraba a la prensa y otros medios por ser industrias éticamente conscientes y por mantener unas normas en cuanto a objetividad y veracidad, ahora "el precio de una información depende de la demanda, del interés que suscita ". Una vez los grandes capitales se vieron atraídos por los medios masivos, los antiguos periodistas, que dedicaban toda una vida a transmitir la verdad con su pluma, fueron sustituidos por hombres de negocios que administran las empresas de comunicaciones. Los antiguos y humildes despachos de prensa, emisoras de radio y canales de televisión que empleaban unos pocos pobres periodistas pasaron a convertirse en lujosos edificios bajo el mando de nuevos dueños capitalistas. "Los antiguos héroes del periodismo se han visto sustituidos por un impactante número de trabajadores de los medios, casi todos sumergidos en el anonimato ". Esta evolución es precisamente lo que Kapuściński consideraba otro cambio significativo de la nueva era tecnológica: la creación del media worker, o trabajador de medios.
A estas personas les encargan una encomienda principal: conseguir la noticia antes que su vecino. "El scoop o la muerte" . Sin importar la ocurrencia de otras noticias importantes que se estén llevando a cabo al mismo tiempo, el media worker, por lo general, va en busca de aquella información que atraiga la atención de la competencia mediática. La relación entre estos cazadores de noticias y sus jefes también es otro factor que con la introducción de las nuevas tecnologías se ha permutado. La inmediatez y rapidez para comunicarse con sus subalternos provoca que la voluntad e iniciativa propia de que disponen estas personas estén condicionadas. "La libertad del periodista está limitada por los intereses de la cabecera para la que trabaja" . El media worker se limita a seguir las órdenes de su supervisor, quien desde su oficina dispone de informaciones que provienen de diferentes fuentes y pide que éste las verifique desde el lugar de los hechos. Existe poco tiempo y autonomía para que el reportero vaya en busca de la verdad detrás de los hechos superficiales. En muchas ocasiones el media worker debe viajar a varios países durante un corto periodo de tiempo y cubrir numerosos conflictos sin necesariamente haber contado con el tiempo necesario para informarse acerca del lugar de los hechos.


Vivimos en un mundo paradójico. Por un lado, nos dicen que el desarrollo de los medios de comunicación unió entre sí a todas las regiones del planeta para formar una “aldea global” ; y por otra parte la temática internacional ocupa cada vez menos espacio en los medios, oculta por la información local, por los titulares sensacionalistas, por los chismes, el people y toda la información-mercancía .

Afortunadamente, Kapuściński sostenía que esta no es la realidad que circunda a todos los medios de comunicación. Creía que existían además de los medios-chatarra, otros diarios, emisoras de radio y televisión de calidad que se dedican a difundir noticias manteniendo una honesta ética de trabajo y de la profesión. No se debe negar que al lado de los mediocres media workers, aún existen periodistas de gran envergadura, sacrificados y dedicados a su trabajo. Sin embargo no cabe duda que cada día escasean más los medios que profundizan en el periodismo de investigación y difunden historias de carácter reflexivo.

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