Por: Sarah V. Platt
Especial para De Viaje
Publicado 6 de marzo de 2016
Por lo general, cuando pensamos en Italia, los primeros destinos turísticos
que vienen a la mente son: Roma, Florencia y Venecia. La menor cantidad de
viajeros opta por salir de la bota para encontrar zonas menos concurridas y
fuera de la agenda turística tradicional. Además de la península, el territorio
italiano incorpora también islas vecinas como Sicilia y Cerdeña, ambas
culturalmente ricas y muy variadas, algo que las convierte en tesoros dignos de
ser explorados. Cerdeña (Sardegna en
italiano y en sardo, el dialecto oficial de esta isla) es la segunda isla más
grande en el Mediterráneo y constituye una región autónoma con estatuto especial
de la República Italiana.
Su ubicación estratégica la ha convertido desde el
inicio de su historia en un punto atractivo. A su extremo norte yace la isla
francesa, Córcega; la península italiana al este; Túnez al sur; y las islas
Baleares al oeste. Geográficamente hablando, la isla de Cerdeña goza de un sinfín
de influencias muy diferentes entre sí e, históricamente, fue invadida y
conquistada también por numerosas civilizaciones, entre ellas: romanes, godos,
bizantinos, moros, españoles y austriacos. Desde luego, todas estas culturas
han dejado una huella en la herencia cultural, arquitectónica e histórica de
Cerdeña que hasta hoy día continúa enriqueciendo esta tierra.
El Mar Mediterráneo abraza a Cerdeña, situándola como uno de los destinos
más populares para aficionados del sol y las playas. Sin embargo, los amantes
de la naturaleza y las caminatas al aire libre también encontrarán que Cerdeña
merece la pena ser visitada, ya que más del 80% del territorio de esta isla
está formado por montañas, colinas y altiplanos rocosos, llamados por los
locales giallei o gollei. Asimismo, Cerdeña es la región
italiana con mayor cantidad de superficie forestal, bosques, y muy poca
población en comparación con la extensión territorial. Aunque el italiano se considera
la lengua principal de esta isla, su dialecto y cultura sarda la singularizan
culturalmente de la península. En el interior de Cerdeña cruzan también varios
ríos, lagos, lagunas, golfos e islotes cercanos que proveen un aspecto menos
árido al resto de la isla y añaden a la variada geografía de la zona. Es fácil
también conocer otras islas cercanas como Córcega o la península Maddalena en
ferry desde Cerdeña.
Además de los aspectos físicos de esta tierra, su
antiquísima historia, exquisita gastronomía, clima mediterráneo muy agradable
durante todo el año y la amabilidad de los locales la convierten en un popular
destino turístico.
Cagliari
La primera parada en la agenda turística de cualquier viajero es casi
siempre Cagliari, la ciudad mayor y capital de Cerdeña, donde aterrizan la
mayor cantidad de vuelos extranjeros. Uno de los lugares más concurridos de
esta zona es la Playa de Poetto, de
una larga extensión de arena blanca y Mar Mediterráneo, considerada además entre
las mejores playas de ciudad del Mediterráneo. El Casco Antiguo de Cagliari es también una zona atractiva para quien
busca enriquecerse de cultura, el buen comer y residuos históricos medievales
en forma de templos e impresionantes murallas del siglo XIII. Al atardecer, se alumbra
esta ciudad de unos matices dorados, capaces de hipnotizar a cualquiera. Las
calles adoquinadas y estrechas, sus tienditas de artesanías, souvenirs, comestibles
y ropa, antiguas librerías, pequeñas trattorias y restaurantes con típicos
platos sardos frescos y suculentos- son solo algunos de los tesoros que ofrece
Cagliari a sus visitantes.
Durante su recorrido por este centro histórico, recomendamos pasearse por
la Torre de San Pancracio, uno de
los emblemas de la ciudad y un buen punto para observar impresionantes vistas
de toda la metrópoli. Asimismo, el Anfiteatro
Romano construido en el siglo II es un lugar impresionante que le remontará
al antaño. La Catedral de Cagliari
es también un edificio emblemático, construido primero como iglesia románica,
pero luego convertida a estilo barroco en el siglo XVII. Para los aficionados
de las iglesias, recomendamos visitar también el Santuario y Basílica de Bonaria, ubicada en la cima de una colina,
desde donde puede observarse el mar. Una leyenda cuenta que los marineros que
regresaban al puerto de Cagliari se detenían primero delante de este templo a
dar gracias a la Virgen.
Subir la
escalinata hasta el mirador donde se ubica el Bastione de Saint Remy es otra parada obligatoria en el centro de
Cagliari. Esta zona reúne los más antiguos y bonitos edificios de toda la
ciudad y desde este punto las vistas son impresionantes. Una vez terminado el
recorrido, la mejor recomendación para continuar conociendo Cagliari es
adentrarse en las callejuelas, perder el mapa y dejarse llevar por los encantos
en cada rincón. Desde pasearse por las aceras a pie, o alquilar una Vespa, a
sentarse a almorzar una pizza tradicional o tomar un cappuccino en un bar local
en la concurrida Piazza Yenne- son
todas opciones que les deleitarán.
Cocina sarda
La gastronomía típica de Cerdeña es muy variada y está fuertemente
influenciada por una tradición rural que ha sido enriquecida por la variedad de
culturas que conquistaron o dejaron huella en esta isla. La cocina sarda es
heterogénea y muy diversificada. El pan sardo, por ejemplo, se considera uno de
los acompañantes más típicos que no debe faltar sobre la mesa, así como la carne
asada, el vino, los quesos y también los mariscos. El garum, una típica salsa de pescado marinado con vinagre y miel,
forma parte de la dieta mediterránea y se popularizó gracias a los pescadores
de esta isla. Algunos de los platos más populares son: fregula cun cocciula (pasta de sémola con almejas), cocciula e
cozzas a schiscionera (almejas y mejillones cocidos en una
sartén), cassòla (sopa de pescado), aligusta
a sa casteddaia (langosta
al estilo de Cagliari) y spaghittus
cun arrizzonis (espaguetis
con erizos de mar servidos también en variantes con alcachofas o espárragos
silvestres).
Un lugar ideal para probar estos y otros
suculentos platos típicos es el Ristorante
Italia, ubicado en la Via Sardegna 26ª en el centro de Cagliari. Este
restaurante histórico abrió sus puertas en 1921 y aún continúa el legado de la
familia Mundula. Los interiores del local son rústicos y elegantes y su menú
ofrece platos de la cocina tradicional sarda, así como delicias de la tradición
agrícola de esta tierra. En vitrina encontrarán pescado fresco para elegir y la
carta de vinos es también otro atractivo. Recientemente añadieron a las
facilidades una bodega y un oyster bar.
El propietario y chef, Filippo Mundula, atiende a cada uno de sus clientes como
si fueran miembros de la familia y dicha hospitalidad es también otra razón por
la cual el restaurante está casi siempre lleno de locales y viajeros que
continúan regresando año tras año.
Cala Gonone
Uno de los rincones más impresionantes de Cerdeña afuera de Cagliari, es
sin duda alguna, Cala Gonone- un pueblito pesquero ubicado en la bahía Orosei
en la provincia de Nuoro, al extremo este de esta isla. Constituye un área
natural protegida, por formar parte del Parque Nacional Gennargentu, uno de los
muchos bosques que se localizan en Cerdeña. Una excursión a estas calas
comienza con el alquiler de lo que llaman en Cerdeña, gomones, es decir, unos barquitos de motor que permiten a los
viajeros llegar a las cuevas de mar más recónditas, con mejores vistas, agua
cristalina y peces multicolores. Las vistas de Cala Gonone son verdaderamente
espectaculares.
El color blanco de las piedras calizas hace un contraste muy
pronunciado con el turquesa del mar. La
brisa del Mediterráneo que se siente sobre el agua es una sensación inigualable.
Además, una vez sobre los barcos es posible adentrarse a las cuevas marinas,
observar flora y fauna endémica y hacer un baño en las piscinas naturales.
Existen varias opciones en cuanto a excursiones. Además de Cala Gonone, en esta
zona hallará bonitas playas, impresionantes acantilados y otros atractivos
turísticos, así como hospedaje y opciones de vida nocturna.
Valle della Luna
Para aquellos viajeros interesados en explorar zonas más remotas,
incluyendo Cala Gonone, recomendamos alquilar un auto. Otra parada casi
obligatoria se debe hacer para visitar el famoso Valle de la Luna, un pueblo un
poco más distante, pero capaz de dejar a cualquier viajero fascinado por su
inmensa belleza y atracción natural. Proponemos empezar la ruta en auto desde
Cagliari, pasando por el pueblo de Olbia
y en dirección hacia Santa Teresa de
Gallura, donde se encuentra este espectacular valle plagado de naturaleza
virgen, piedras granito, acantilados, cuevas, piscinas naturales y flora y
fauna endémica. De regreso, si prefieren explorar otra parte de la isla, pueden
ir en dirección hacia Alghero, otra
importante y atractiva ciudad sarda, que en el pasado fue la capital. Antes de
llegar a Alghero, pueden hacer una parada en el pueblo pintoresco de Castelsardo para almorzar, explorar el
caso histórico y continuar el viaje. De este punto hasta Cagliari se debe
recorrer aproximadamente una hora en auto.
El Valle della Luna se encuentra en una pequeña península llamada Capo
Testa y en los años sesenta fue otorgado este nombre por una comunidad hippy
que habitaba durante el verano en la zona. Hoy día, algunos continúan visitando
este valle que forma parte de un área natural protegida. Sin embargo, en
algunas zonas rotuladas es posible acampar. Pernoctar una noche en este rincón
de la isla vale la pena, pues el cielo estrellado, el atardecer y el cambio de
colores naturales que presenciará forman una experiencia memorable. Al interior
del valle hallará espectaculares cuevas marinas y piedras granitas que
ascienden el nivel del mar y calas donde estará en contacto directo con la naturaleza
y podrá tomar un baño y sentirse como si dejó atrás la civilización para
adentrarse en una sensación de pura serenidad.
Para encontrar más información
acerca de este destino, puede acceder a: www.viajarcerdeña.com
y www.lasardegna.es
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