Hoy conocí a un ángel

(Irlana y yo en Guimarães, Portugal)

Se llama Irlana y es de Brasil, de Bahía. La conocí frente al centro comercial Shopping Braga, esperando el bus que nos llevaría de excursión a la ciudad más antigua de Portugal, Guimarães. Nos sentamos juntas una vez nos recogieron y prácticamente no nos separamos en todo el día. Digo que Irlana es un ángel por varias razones. En primer lugar, por su dulzura y su gran humildad. Porque a pesar de sus experiencias- algunas tiernas, otras muy amargas- es un ser muy optimista, muy noble. En segundo, porque la química instantánea que hubo entre nosotras hizo que ambas nos sintiéramos lo suficientemente cómodas como para contarnos algunos secretos de nuestras vidas y sobre todo ella- quien compartió conmigo muchas lecciones que ha aprendido durante lo largo de sus cincuenta y tres años- sin apenas conocerme. Por último, porque siento que el Universo me la puso en el camino en forma de una señal que le pedí hace algunos días en una iglesia de Porto.

Mientras comíamos en la terraza de un pequeño restaurante en Guimarães, Irlana me contó algo que le pasó hace poco. La historia es así...

Mi nueva amiga llegó a Braga hace un año para completar su doctorado en educación. Fue becada por su universidad en Bahía, donde ejerce como profesora. A lo largo de su vida tuvo tres hijas y un marido, con el que se divorció hace mucho tiempo. Muchas de las decisiones que tomó fueron, como muchas mujeres, directa o indirectamente influenciadas por su figura maternal- que aunque obviamente quería lo mejor para ella- no aceptaba a ninguna de sus parejas- tal vez por que ella misma había sufrido mucho a raíz de los hombres. El que finalmente eligió Irlana para ser el padre de sus hijas, era un hombre que compartía el mundo académico con ella, pero era poco afectivo. Como su madre nunca aceptó la relación, Irlana se vio obligada a llevar una vida doble. En los días festivos, por ejemplo, tenía que dividir su tiempo entre su padre y su pareja. Escondía mucho y por esta razón también sufrió y terminó divorciándose. Ahora con sus hijas, todas mayores de edad e independientes, ella ha decidido no interferir en sus vidas amorosas. Les da espacio para que ellas mismas elijan sus parejas y no opina ni se interpone.

Cuando Irlana decidió mudarse a Portugal- unos meses más tarde- conoció a un hombre. Era brillante, creativo, músico y aunque poseía muchos atributos, en un principio le costó dejar entrarlo en su vida. No era el tipo de hombre que le atraía. Sin embargo, él seguía insistiendo, era muy amoroso con ella, atento, la valoraba y ella finalmente decidió darle una oportunidad. Vivieron un intenso romance, compartían a diario, incluso con la familia de él. En fin, se enamoraron y este amor apasionado renovó las ansias y la fé en la mujer.

Un día hace tres meses salieron juntos a cenar y disfrutaron como siempre. Una vez habían terminado, se despidieron y cada cual tomó su rumbo. Al cabo de algún tiempo, Irlana recibió una llamada de emergencia de parte de uno de los hijos del hombre. Se dirigió rápidamente hacia la residencia y cuando llegó, su amor se encontraba en la cocina moribundo. Había sufrido un ataque masivo al corazón. Le había llegado su hora. Antes de morir, logró escuchar la voz de Irlana quien le tomaba el pulso. Esto le hizo sonreir y al cabo de un minuto, murió en sus brazos.

Es una historia muy bonita y triste a la vez. La fragilidad de la vida solo la recordamos de vez en cuando. Cuando escuchamos historias así, nos hacen evocar la importancia de vivir a plenitud, de amar sin tapujos y sobre todo, de vivir de acuerdo a nuestros propios deseos e intereses, y no los de los demás. El Universo me envió a este ángel para que yo re-aprendiera esta lección. Nuestra vida es solo nuestra. Un día estamos aquí y otro, partimos. Hagamos lo que más nos llene y aprendamos a valorar a quien nos valora. El dinero, los títulos académicos y las caras bonitas no equivalen a la felicidad. Amemos a quien nos ama de verdad porque todo lo demás es pues, insignificante e irrelevante.

¡Feliz Pascua a todos!

Una mirada al mundo