Nueve meses


Es posible que habría dado a luz ya para estas fechas. Pero decidió esperar. Decidió retroceder porque no era el momento oportuno en ningún sentido de la palabra. Decidió regresar y dar otra oportunidad a eso que anhelaba. Albergaba una inútil esperanza en su ser y solo luego de nueve meses pudo corroborar lo verdaderamente inútil que era. El otro día leyó en el diario que es idiota aquél que aún sabiendo y sintiendo la verdad, decide no creer en ella y rechazarla.
Nueve meses son suficientes tanto para crear vida, como para destruirla. En nueve meses puede crecerte el pelo 4 ó 5 pulgadas. En nueve meses también podrías ver una mariposa salir de un capullo más de veinticinco veces. También serían suficiente nueve meses para permitirte dormir 9 horas 672 veces.

Nueve meses lleva aquí. Esta tercera vez que decidió regresar. Han tardado tanto tiempo en pasar estos nueve meses. Debe ser parecido a lo que siente una madre primeriza que espera con ansias locas la llegada de su nueva criatura. Esa vida que pudo haber nacido fruto de estos nueve meses ha muerto. Pero como la muerte es una parte tan indispensable de la vida, pues prefiere pensar que ahora, solo ahora, que han pasado estos nueve pesados meses, es que dará a luz.

Una mirada al mundo