Viernes negro

Como buena y muy obediente colonia que somos imitamos solo los malos hábitos de nuestros padrinos, los Estados Unidos. Una de estas costumbres que hemos adoptado y transportado a la Isla es el Viernes negro, también conocido como la Venta del Madrugador, el día que inaugura la temporada de compras navideñas y es popular entre consumidores compulsivos, ya que se ofrecen ¨significativas¨ rebajas en muchas tiendas minoristas y otras multi-tiendas gringas instaladas en Puerto Rico. Durante el Viernes Negro se acostumbra abrir las puertas de tiendas como WalMart, Sam´s Club, entre otras, tan pronto como a las 4 de la mañana, para ofrecer a los clientes más flexibles horarios para adquirir nuevos electro-domésticos, televisores plasma, o los más modernos enseres tecnológicos. El año pasado se estima que 900,000 personas acudieron a estas ventas.

De más estar decir que me parece absolutamente innecesario, patético, avergonzante y desastroso este ritual yanqui, pues no solo crea falsas necesidades y prioridades al público consumidor, sino que da rienda suelta a salvajes que hacen cualquier cosa por llenar sus carritos de compra con las más grandes e innecesarias pantallas High Definition acabadas de salir del mercado, incluso, a cuesta de poner en riesgo su salud y la de sus familias e hijos.
Como resultado del viernes negro que se llevó a cabo hace un par de años y en el que decenas de personas resultaron heridas- entre ellas niños y otros menores de edad quienes fueron descuidados por sus padres esa noche que acamparon fuera de las mega tiendas, posiblemente sin suficiente agua o comida y bajo temperaturas asfixiantes- este año se optó por introducir otra brillante medida. Digo brillante y se me escapan las comillas. El periódico El Nuevo Día de hoy, 28 de noviembre, anuncia que para atender los casos de padres que asisten con sus hijos menores de edad a las Ventas del Madrugador,  se movilizarán 40 trabajadores sociales, apoyados por personal administrativo del Departamento de la Familia, quienes realizarán rondas preventivas para evitar tragedias. Además, se han instalado lineas teléfonicas de emergencia, presencia policiaca en las áreas comerciales y otras ¨ayudas¨ externas.

Con ganas de ir personalmente donde el gobernador de mi Isla a preguntarle qué demonios está pensando resolver con tan absurda medida, me pregunto-

Ya que no somos capaces, como pueblo, de ocuparnos por rescatar a  nuestro país, de ser mejores padres, mejores seres humanos y enriquecernos de espiritualidad y valores en lugar de matarnos por comprar porquerías que no necesitamos ni tenemos el dinero para adquirir, ¿no sería MUCHO más fácil simplemente eliminar el maldito Viernes negro y ya? Ya tenemos suficiente con el pavo y la comelata del día siguiente...

Los invisibles

Son las siete de la mañana, aunque para él parece que sigue siendo ayer. Figura el estereotipo perfecto de lo que equivale a una trasnochada. Es pequeñito y cualquier podría confundirlo por un enanito o una persona con alguna minusvalía. La mayor parte de sus ojos los tiene de color sangre, aunque como son tan grandes, también puede observarse el azul de sus pupilas. La calvicie se le notaría más si no fuera por los pocos pelos que aún le quedan: grasientos y parados de punta. Mientras acelera el paso voy observando más detalles de este personaje. Lleva un perro y a diferencia del dueño, éste sí que está muy acicalado, bañadito y lleva un collar. Se ve que le cuida, incluso mucho más que a sí mismo. Cruza la calle a pesar de la luz roja, con un paso bastante acelerado. Saca de su chaqueta una botella de cerveza. Toma un largo sorbo, luego otro y la vuelve a guardar. Logro observarlo mejor desde más lejos. Cuando miro al suelo veo que calza unos viejos zapatos de al menos cuatro tallas más grande. Con dificultad continúa su camino con el perro, y por esperar la luz verde para cruzar, se me pierden en la distancia...

Quince minutos antes de eso, recorriendo el mismo camino, observo a otro señor. No está trasnochado, o al menos no se le nota tanto como al primero. Se le ve muy despierto y aunque bastante cubierto por un grueso abrigo, una cabellera blanca se asoma por los lados. Son buenas las horas de la mañana para ir en búsqueda. ¿En búsqueda de qué? Pues, de lo que aparezca. Se agacha casi frente a mí y recoge tres colillas de cigarro del suelo. Se las mete en el bolsillo de la chaqueta. Da unos pasos hacia delante y se detiene en el trastero. Mira adentro detenidamente y luego mete la mano. Continúo mi paso y no quiero girarme para ver si ha sacado algo. Da igual si es una lata, una botella, una colilla. Si no puede consumir lo que encuentre, lo venderá por algunas monedas sueltas. Tal vez le alcance para algo...

La economía en Polonia se enfrenta a un boom. Eso dicen las estadísticas y los economistas. Hay trabajos para quien los busque. No escasean las multinacionales, los empresarios autónomos con negocios propios, ni las universidades y escuelas de idiomas, para los que se dedican a enseñar lenguas, como hago yo. Sin embargo, rara vez se menciona a esta población invisible que no se beneficia en absoluto de este crecimiento económico. Me refiero a las personas jubiladas, a los envejecientes, a los alcohólicos no tan jovencitos. Sobre todo hablo de las personas de edad avanzada que se sostienen únicamente del seguro social que les otorga el Estado, una cantidad que apenas les alcanza para vivir. Tal vez sea por esto que algunos se refugian en el alcohol, mendigan en la calle, o van en busca de objetos usados en los basureros. Es imposible saber con certeza a qué se dedicó esta gente en sus años de juventud; si trabajaron, fueron profesionales o no. Sin embargo, lo que sí queda claro es que pasadas tres partes de la existencia propia y sin posibilidades de trabajar a esas alturas ni cambiar nada al respecto, nadie merece vivir sumergido en tal pobreza, tales necesidades, y muchos, sin nadie con quien contar.

Mientras los jóvenes van tejiendo sus brillantes futuros, los emeryci (jubilados) intentan subsistir entre necesidad e invisiblidad. 

Lo que son las culturas: Parte dos


Ayer por fin me mudé a mi nuevo apartamento, muy cálido y acogedor, dicho sea de paso. Estoy encantada y por fin puedo dejar atrás la etapa de viajera transitoria, para establecerme como residente en Breslavia por segunda ocasión. Comparto el piso con dos chicos jovencitos, estudiantes universitarios de primer año. De momento solo ha llegado uno, con quien he establecido muy poco contacto. No sé si será por timidez suya, o falta de interés, pero parece tratar de evitarme cada vez que nos cruzamos. Rara vez sonríe o comparte alguna palabra. Esta situación me ha hecho recordar algo que viví en Cuba hace algunas semanas. En esa ocasión viajaba desde Trinidad hacia la Habana via Santa Clara. En el carro íbamos mi madre de pasajera, un chófer cubano muy amigable y yo en el asiento de atrás, junto a una joven pareja noruega. Durante todo el camino, que duró aproximadamente seis horas, los escandinavos apenas pronunciaron palabra. El chófer intentaba establecer conversación, nos mostraba fotos de su familia en el móbil, nos contaba anécdotas y ellos todo el rato callados.

Siendo caribeñas mi madre y yo nos parece lo más normal del mundo entablar conversaciones, aunque sean superficiales, con aquellas personas que se cruzan en nuestro camino. Da igual si es en el supermercado, la calle, o en un carro. En caso de no tener tema se habla del clima u otras tonterías, que no era el caso estando en Cuba por primera vez donde hay tanto que se quiere preguntar, opinar, intercambiar. Sin embargo, con la pareja resultaba inútil y hasta incómodo establecer cualquier tipo de diálogo. Contestaban en monosílabos o se hacían los dormidos. Al encontrarse en tal situación, el chófer se tornó tenso, inconforme, dubitaba si hacía algo mal y hasta se preocupó de que no se encontraban a gusto sus pasajeros europeos. Seis horas en aquél carro se hicieron una eternidad en silencio absoluto. Los únicos que hablaban eran mi madre y el guía y yo en las pocas ocasiones que lograba escucharlos desde atrás. Mi madre y el chófer se reían a cada rato y parecían estar pasándola mucho mejor que nosotros en el asiento trasero."¿Están bien?", me preguntaba el chófer. "Es que no habla esta gente", comentaba. "Sí, todo bien, es que son así, parece", respondí yo sin más.

Todo esto me lleva a reflexionar sobre las relaciones humanas, los intercambios entre personas, ya sean extraños o conocidos, y lo diferente que se producen estos encuentras en cada rincón del globo. Al cabo de dos años residiendo en Polonia ya he llegado a digerir el hecho de que por ejemplo no se le sonríe a los extraños. Ni en la calle, ni en el tramvía, ni en ninguna parte. Si no conoces a la persona, simplemente no le sonrías, ya que podría interpretarlo como que buscas algo o estás saludándola por conocerla previamente, algo que provocará mayor duda aún. El saludo, en el caso de que ocurra, también resulta muy diferente. Aún a estas alturas no sé si besar a la persona, darle la mano, o abrazarla, un gesto que es más común en esta tierra, aunque considero mucho más íntimo y hasta incómodo de cierta manera. Aún no logro acostumbrarme a los momentos de ese silencio incómodo, a la inclusión, al diálogo mínimo, a la falta de sonrisas en la calle, a esos abrazos tan cercanos, pero tan vacíos... Espero nunca perder esa expresividad tan exagerada, tan cálida, en ocasiones tan falsa, aunque tan propia del Caribe.

Ojalá

Ni de aquí
Ni de allá
¿De algún lugar entre medio? 
Ojalá

Sin rumbo en altamar
Viento en popa
Esperando una señal
La energía arropa

No llega ninguna
Se aguarda
¿Y el premio final?
Coño, ¡qué mucho tarda!

Dos pies, muchos suelos
Mente que almacena
Experiencias tiernas
Los demonios que se absuelvan

Ni de aquí
Ni de allá
¿De algún lugar entre medio?
Ojalá

Entre más camino recorre
Mayor aturdimiento
El viajero se despiporra
Llega su hora

Muchas opciones
Ninguna oportuna
Los caminos se cruzan
¿Será realmente infortuna?

La negra cubana habló
De locuras mágicas
Escuchen orishas
Esta árnica

Mientras tanto mente en alto
Sonrisa longeva
Pena que no mate
Se sobrelleva

Ni de aquí
Ni de allá
¿De algún lugar entre medio?
Ojalá...

Notas desde un aeropuerto


Lo que son las culturas. Me encuentro en el aeropuerto de Frankfurt esperando mi vuelo a Wroclaw. A mi costado derecho, un grupo de tres asiáticos. Ignoro de qué país provienen. Son una chica y dos chicos. Hace diez minutos dos de ellos llegaron de hacer una compra en una de las tiendas duty-free. La chica toma asiento y la emoción que siente por su nueva adquisición es evidente. Carga una bolsita roja con la palabra CHRIST en letras grandes. Todos necesitamos nuestro Cristo personal, decía Depeche Mode.
Saca una cajita y la abre con dificultad. Adentro yace un reloj de marca lujosa. Desconozco cuál será pues está todo escrito en alemán. Segundos más tarde retira su Smartphone ultra-tecnológico del bolsillo. Con detenimiento le toma una foto al nuevo reloj cubierto en plástico. Luego una segunda, una tercera, una cuarta. Le añade efectos especiales, un filtro. Posiblemente para subirla a alguna red social y así contarle al mundo que ha adquirido un nuevo accesorio caro, del Viejo Mundo.
A mi extremo izquierdo veo una india vestida con un sari. Tiene los ojos cerrados. Con un movimiento veloz y repetido y sin abrirlos ni un solo instante, alza los brazos al aire inhalando de manera simultánea. Luego los baja con una profunda exhalación Ujjayi, expulsando el aire por la nariz. Atrapa la atención de todos presentes, incluso la mía. Al. cabo de tres minutos pone las manos sobre las rodillas con las palmas mirando hacia arriba y se pierde en una meditación. Ignora estar en un aeropuerto, posiblemente el lugar menos zen de la vida. Comienza de nuevo su rutina. Inhala, exhala; su cabeza ya no se aguanta por sí sola. Sonríe. Con cada respiración se pierde más profundamente en un concentrado trance...

Una joya en el centro de Europa

De Viaje

  • 0
1 de septiembre de 2013
06:28 p.m.Modificado: 29 de agosto de 2013 06:29 p.m.De Viaje
 
                         Una joya en el centro de Europa
Emergente, colorida y, en invierno, nevada. Así es Wroclaw, la capital de baja Silesia, para algunos, la Venecia de Polonia (¡tiene más de 120 puentes!)
 
Breslavia, en polaco Wroclaw, es una ciudad colorida, de arquitectura fascinante, gente amable y con un panorama cosmopolita con mucho que ofrecer. (Suministrada/Sarah V. Platt)
Breslavia / Por Sarah V. Platt
En el sureste de Polonia a orillas del río Oder y relativamente cerca de las fronteras con República Checa y Alemania se encuentra la cuarta ciudad más grande del país, capital de Silesia y una joyita por descubrir.
El nombre políticamente correcto en español es Breslavia. En polaco se le conoce como Wroclaw, aunque se pronuncia Vrótsuaf. Casi igual de complicado también resulta hablar, leer o entender el polaco, aunque después de vivir y trabajar en el país durante dos años, puedo decir que no es misión imposible si de verdad se intenta. Wroclaw es una ciudad muy colorida, de arquitectura fascinante, gente amable y con un panorama cosmopolita con mucho que ofrecer. Aparte de su valor estético, el país también alberga una larga tradición creativa conocida y admirada en el ámbito internacional, que comienza desde el cine, la poesía, la literatura y el reportaje, entre otros. Reconocidas figuras como el cinematógrafo Krzysztof Kieslowski, el novelista Boleslaw Prus y uno de los reporteros y escritores más conocidos del siglo XX, Ryszard Kapuscinski, son algunos maestros provenientes de esta tierra cuyas obras y legado han hecho eco por todo el mundo. Precisamente gracias a Kapuscinski pisé suelo polaco por primera vez en el verano de 2009, con motivo de concluir mi tesis doctoral dedicada a él y por esto le soy agradecida al Maestro por ser el motivo que me llevó a conocer de cerca este gran país y sobre todo la ciudad de Breslavia.
Capital de la Cultura
Wroclaw fue recientemente nominada Capital de la Cultura para el año 2016 y los museos, galerías de arte y rincones que exhiben talento y creatividad artística local e internacional abastecen. Por doquier puedes encontrar pequeños enanitos elaborados en latón que fueron colocados en el 2001 por toda la ciudad en honor a la Alternativa Naranja, un movimiento de resistencia cuya lucha en contra del régimen comunista hizo eco en todo el país en la década de los 80.
Además de su arte, la metrópolis se distingue por ser un centro económico y académico, albergue de algunas de las mejores universidades del país y corporaciones multinacionales como Google, IBM, Hewlett Packard, McKinsey & Company, entre otras, hecho que ha transformado a la ciudad en un atractivo paraje para cientos de jóvenes de países tan diversos como Corea, Italia, España, Taiwán, entre otros, que buscan ampliar y extender sus currículos profesionales, sobre todo en tiempos de crisis. Como turista la ciudad es también una gema por descubrir y aunque bastante apartada de la capital, Varsovia, merece la pena dar el salto desde Praga o Berlín, ya que ambas se encuentran a aproximadamente tres o cuatro horas en tren. A pesar de brillar en el presente, Breslavia, como muchas otras localidades de Europa Central y Oriental, sufrió un pasado sangriento de violencia y devastación. Antes de la Segunda Guerra Mundial, pertenecía a Alemania y a raíz de este conflicto, quedó prácticamente destruida. Fruto de los años y el espíritu emprendedor de sus ciudadanos la ciudad fue capaz de florecer nuevamente y ahora brilla por cuenta propia.
Algunos lugares de interés
Rynek (Plaza Mayor)
Indudablemente uno de los lugares más impresionantes de la ciudad. El Ayuntamiento caracterizado por su colorida arquitectura gótica te dejará sin palabras. La plaza del mercado, los pequeños bares y restaurantes y las estrechas y adoquinadas callecitas serpentinas la convierten en un importante centro cultural y artístico europeo. Aquí podrás sentir de cerca la amalgama cultural propia de este parte del globo que combina rasgos orientales y occidentales hasta formar un perfecto equilibrio entre lo moderno y lo antiguo.
¿Dónde comer y qué probar?
Restauracja Kurna Chata (ul. Odrzanska 17, tel (71) 341 06 68 http://www.kurnachata.pl/ ) donde podrás deleitar tu paladar con un rico zurek (sopa ligeramente ácida a base de harina de centeno, salchichas, papas y huevo servido en un breadbowl) o pierogi ruskie (dumplings hervidos o fritos rellenos de queso y papa- plato típico polaco), entre muchos otros platos locales. De beber puedes degustar piwo z sokiem imbirowy cerveza local no-pasteurizada con sirope de jengibre.
Ostrów Tumski (La Isla de la catedral)
A Wroclaw se le conoce como la Ciudad de las Islas, por tener pequeños islotes de tierra conectados por puentes. Este es uno de ellos, posiblemente el más famoso y antiguo con más de mil años de historia. Desde el siglo 19 se le considera el núcleo de la metrópolis y constituye una muestra de memoria nacional polaca. Alberga varios edificios religiosos, una iglesia gótica y una basílica de San Pedro y San Pablo, conocida popularmente como “la Catedral”.
Barrio judío
La calle Wlodkowica es la cuna cultural de este barrio que almacena una variedad de restaurantes y bares muy hip, gracias en parte a Bente Kahan, un cantautor judío noruego que funge como el director artístico del Centro Cultural y Educativo Judío, la única sinagoga restante en la ciudad, donde a menudo se pueden presenciar conciertos y otros eventos culturales judíos. Restaurantes como Mleczarnia ( http://mleczarniawroclaw.wartobyc.pl) y Sarah (http://sarah.wroclaw.pl/) son ideales para tomar un café en la terraza o cenar platos típicos judíos a la luz de velas.
Hala Stulecia (Centro del Centenario)
Construido entre 1911 y 1913 mientras la ciudad formaba parte del Imperio alemán, esta edificación marcó un hito en la historia por motivo de la celebración conmemorativa del centenario de la resistencia abierta frente a Napoleón y la batalla de Leipzig. Caracterizado por una arquitectura que combina la mayoría de tendencias estilísticas del siglo XX, fue considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006. En la actualidad alberga asientos para 6,000 personas que pueden disfrutar de una variedad de actividades recreativas en el interior de las instalaciones.
Otros lugares para visitar
Cracovia
Antigua capital del país y una de las ciudades más visitadas por turistas por ser un centro cultural, histórico y artístico de Europa Central. Su centro histórico de resplandeciente arquitectura barroca, renacentista y gótica, fue considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978 y Capital Europea de la Cultura en el 2000. Kazimierz, el barrio judío, el Castillo Wawel y el centro de la ciudad (Stare Miasto) son lugares que no se puede perder.
Auschwitz- Birkenau
Una gira por Cracovia no puede completarse sin una visita a estos dos campos de concentración, experimentación médica y exterminio en masa de prisioneros construido por el régimen de la Alemania nazi tras la invasión de Polonia a principios de la Segunda Guerra Mundial. A 43 kilómetros de la ciudad de Cracovia, se le considera el mayor campo de exterminio de la historia de nazismo donde fueron asesinados alrededor de 2 millones de personas. Una visita guiada de estos complejos considerados como uno de los lugares de mayor simbolismo del Holocausto también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO no debe faltar en la agenda de cualquier viajero interesado por la historia.
Gdansk
Es la sexta mayor ciudad de Polonia, centro del mercado marítimo, ubicada en el norte del país a orillas del Mar Báltico. Es famosa histórica y políticamente hablando por ser la cuna del movimiento de Solidaridad fundado en 1980 por Lech Walesa y que ayudó a derrocar el régimen comunista y restablecer la participación ciudadana en toda Europa Central y Oriental. Esta ciudad pesquera es hermosa y merece la pena visitarla para conocer otro aspecto muy diverso del país, su prominente puerto, pintorescos cafés y restaurantes, los atardeceres en las localidades de Sopot y Gdynia, los museos, mercados de ámbar y otras artesanías.

Demencia tropical


Hace un par de días me llegó por correo un libro que anticipaba con grandes ansias: Cuba Libre, Vivir y escribir en la Habana, que recoge las entradas más relevantes del blog Generación Y de la filóloga cubana (y una de mis mayores fuentes de inspiración del momento), Yoani Sánchez. Abrí el sobre en el que venía empacado de una vez y me sumergí en la introducción. Yoani comienza su obra intentando describir el género de escritura que desarrolla. Dice que es el medio camino entre la crónica, el exorcismo personal y el grito. La libertad de sus palabras, capaces de expresarse sin temor y volar a lo más alto, no son comparables con el control absoluto que respira en la Habana. Generación Y representa una colección de maravillosas viñetas de lo que es la vida en esa cárcel cubana donde se padece demencia tropical, frustración, totalitarismo y recientemente incluso, una epidémica de cólera. La capacidad y transparencia del género que desarrolla Yoani es maravilloso. Y no solo su escritura, sino sobre todo ella como persona. Inspira lealtad, confianza y verdaderamente me renueva la fe en la existencia humana. Ahora mientras leo su introducción y voy conociendo su vida un poco más de cerca he sido capaz de identificarme con esta mujer más que nunca.

Resulta que la experiencia tropical de Yoani, a pesar de vivir en una realidad próxima geográficamente hablando, aunque muy distante en otros sentidos, es muy parecida a la mia. En el 2002 la bloguera decidió cambiar de rumbo inundada por el desencanto y la asfixia económica a la que se enfrentaba. Emigró a Zurich, donde estuvo 2 años, aunque más tarde sus lazos afectivos la devolvieron a su isla.

Yo también estuve fuera dos años. E incluso más, aunque ahora me refiero particularmente a los dos años que residí en Polonia. Al cabo de este tiempo yo también decidí regresar a mi Caribe anhelado. Sin embargo, mes y medio más tarde, el desencanto y la asfixia no han hecho más que incrementar en mi esta susodicha demencia tropical. Amo Puerto Rico, no me malentiendan, sin embargo la situación a la que se enfrenta esta sociedad es lamentable. Regresé para explorar posibilidades de trabajo y lo que me encontré fue un verdadero circo. Un circo de ineptitudes, de NO rotundos, palabras vacías, regueros burocráticos absurdos, mentes flotantes e inmunes a la situación, salarios paupérrimos, un costo de vida insigne. Decidí ponerme la piel dura y un chaleco antibalas para intentar insertarme a las pobres ofertas laborales que me hicieron. 48 horas me bastaron para decidir que no lo podría soportar.

 Igual que Yoani, yo también entré en exorcismo. Intenté tranquilizarme, meditar y acudir a métodos esotéricos, pensando que sería solo una fase transitoria. Sin embargo, no lo fue. No había manera de que lo soportara. Aquí es donde el camino de Yoani y el mio se separan.

Las tonalidades de mi isla son inigualablemente radiantes. El aire que se respira en la costa y en los montes es lo suficientemente fresco y alentador como para revivir muertos. Los sabores a cilantro y recao del adobo que condimenta nuestra cocina es incomparable a cualquier otra. El mar transparente bajo los rayos de sol que tuesta la piel en un bronceado perfecto tiene el potencial de curar cualquier mal. El agua de coco, el sonido del cuatro, los chinchorros,  la humedad constante... Amo todo esto y estoy segurísima de que lo extrañaré enormemente. Sin embargo de algo más estoy clara- de que no puedo caer en el vacío de este sistema. Doblegarme a las condiciones miserables de trabajo como profesora. Por esto he decidido partir una vez más.

Regreso a Polonia nuevamente y espero que esta vez cuando sí decida retornar a la isla que me vio crecer, me encuentre con un panorama más alentador que el que me ha azotado de frente esta vez...

Why Reflect?

(Originally published on August 13th, 2013 in http://www.otherlobe.com/ , a blog created by Dr. James Stellar, a neuroscientist and former Dean of Arts and Sciences, Northeastern University, who has been my mentor since the year 2000. Dr. Stellar is now Vice President of Academic Innovation and Experiential Education in Queens College, City University of New York. His blog, The Other Lobe of the Brain combines topics related to science, education, and psychology. In this entry which we worked on together, we analyze the concept of reflection and its relation to experiential education...)


The Other Lobe of The Brain

A Blog About Experiential Education, Social Media, and the Brain…

Reflection
It is important to try new things. When Sarah and I decided to write a piece together on reflection, having written a previous blog post, she did what she often does with me and produced something impressive. This time, I decided that I did not want to touch it and instead, with her permission, wanted to reprint it whole in my blog. So, I did, just as she sent it to me.
As you know, reflection is a very important part of experiential education as it joins together the experience (and its impact on the unconscious brain mechanisms that make such decisions – think neuroeconomics) and the academic facts and theories learning of the classical classroom so that conscious reason can be better informed by and integrated with experiential influences. That is a long way of saying that we will return to this topic.
-Jim Stellar

Why Reflect?
By: Sarah V. Platt, Ph.D
(Ortigia, Siracusa, Sicily)

What is the importance of reflection? Why is reflection such an influential component in the learning process? Plato used to place a significant emphasis on the importance of “learning thyself”, meaning one’s personality, beliefs, mental states, desires, etc.- all of which comprise something we know as self identity. Most philosophers also share the common belief that self-knowledge is particularly different from the acquisition of world knowledge, external to oneself. When applied to experiential education, engaging in reflection or introspection is sometimes a component that I consider to be under-rated. People often undergo an experience or important life event and forget or don’t consider it important enough for whatever reason, to take time to digest, reflect, and view it from different optics. Very often we are caught in the midst of it all and are later interrupted by some other experience, making the previous one seem like it already forms part of our past.

Looking within ourselves is an essential element of our personal growth. In order to fully grasp a particular experience, one’s own mental state before and after it, the lessons learned, the people encountered along the way, and the way in which, optimistically speaking, one has grown from it- one must reflect. There is really no other way to do it.
Self-knowledge, which roots from reflection, is the outcome of the learning process. Many authors and thinkers have quoted the importance of reflection in their own lives and works:

“I am a writer of books in retrospect. I talk in order to understand; I teach in order to learn”. –Robert Frost
“It is the language of reflection that deepens our knowledge of who we are in relation to others in a community of learners”. –Carole Miller and Juliana Saxton, University of Victoria
“Reflection must be reserved for solitary hours; whenever she was alone, she gave way to it as the greatest relief; and not a day went by without a solitary walk, in which she might indulge in all the delight of unpleasant recollections”. –Jane Austen
“It takes a certain ingenuous faith- but I have it- to believe that people who read and reflect more likely than not come to judge things with liberality and truth” –A.C. Grayling
“Sometimes, you have to look back in order to understand the things that lie ahead” -Yvonne Woon

If we trace this concept back to experiential education, which is what really interests us here, it makes me think of an experience I had when I was a study abroad student at the Mediterranean Center of Arts and Sciences (http://www.mediterraneancenter.it/in the small island of Sicily, almost ten years ago. I used to live in the city of Siracusa, specifically in the historical centre of Ortigia, which was actually another tiny island connected to the mainland by a bridge. At the time, I was an undergraduate student of Anthropology at Northeastern University, where I met Dr. James Stellar, who was Dean of Arts and Sciences at the time. I remember sitting in a classroom in Ortigia taking a Creative Writing course offered by Professor Patti Trimble, a native Californian artist and poet, Adjuct Faculty Member of this institution. Professor Trimble made us buy a journal and jot down our experiences in Sicily on a daily basis. I remember how I often felt annoyed because of her assignments and how I couldn’t think of anything to write, while sitting on my balcony in Ortigia, which overlooked the sea. I was busy living my life in the present and found it extremely challenging to digest and put these experiences into words. However, I tried to make an effort to reach the minimum word count Professor Trimble required of us. Sometimes I would write down the words of songs I had learned in Italian, other times I asked my new Sicilian friends to tell me stories about their families or neighborhoods, and would write them down in my diary. On other occasions I would write about how tired I was of eating pasta or how my new roommate annoyed me. In sum, my diary was a way of unleashing all my emotions on a day to day basis.
Now, ten years later, I finished my Ph.D and on occasions also teach writing courses in English and Spanish. Life opportunities have taken me all around the world, most recently to Poland, where I came back recently after two years. When I think of my days in Ortigia, my memory gets fuzzy. If it weren’t for Professor Trimble’s class and the emphasis she placed on reflecting on our daily experiences while engaging in this experiential education program, I wouldn’t have all these vivid memories stored in my journal. I recently found the small green diary stacked amongst my other books kept in my mom’s home in my native Puerto Rico, dusted it off, and began reading some of my entries. One of them written on February 12th, 2004 starts with the following quote:

“The real voyage of discovery consists not in seeking new landscapes, but in having new eyes”. I believe this is precisely the beauty of reflection, for it gives us the opportunity to have new eyes…

Gurú del Periodismo Cibernético, José Luis Orihuela, ofrece Charla Magistral para la ASPPRO

(José Luis Orihuela, Conferenciante invitado, Sara del Valle y Rafael Lenín López, Vicepresidenta y Presidente de la ASPPRO)

"Entre Gutenberg y Twitter: ¿Por qué la comunicación de masas se hizo social y cómo afecta el periodismo" fue el título de la conferencia magistral que presentó el profesor de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Navarra, José Luis Orihuela, para la Primera Convención de Periodistas de Puerto Rico, hoy 3 de agosto en el Hotel Mariott de San Juan. Oriundo de Argentina, a Orihuela se le considera el gurú del periodismo cibernético. Fue mi profesor en la UNAV en el 2009 y fue un gusto darle la bienvenida por primera vez en la isla del encanto como conferenciante de este evento. La charla, desde luego, resultó ser un éxito rotundo acaparando la atención de todo el público presente que incluyó profesores, reporteros, estudiantes de periodismo y otros comunicadores públicos. Durante las dos horas en las que el profesor de comunicación multimedia expuso se presentaron una amplia gama de temas que abordaron el proceso histórico de la imprenta en el siglo 15, tarea a la que se ocupaban los monjes copistas en Alemania, hasta pasar por otros temas más recientes como la sinergia entre las nuevas y viejas tecnologías, los cambios de paradigma en el oficio periodístico, las transiciones de los medios sociales y por último, la importancia de la marca. 

Sobre la relación a la que debe aspirar la academia y el periodismo, otro tema sobre el que reciente publiqué, expresó, que la creencia que las escuelas de comunicaciones y periodismo deben adaptarse a la industria es errónea, ya que según él, los medios no saben a dónde van. "No tengo la menor idea de cómo va a ser el futuro. Lo importante es que el escenario que tenemos ahora lo construirá. Demos el paso siguiente en vez de mirar con nostalgia al pasado. Eso se acabó y no volverá- es un proceso irreversible ", expresó. La muy comentada creencia que varios medios como la prensa escrita, la radio y hasta la fotografía han muerto o morirán dentro de poco, es según Orihuela, una falacia, ya que ahora más que nunca la gente lee y escribe, sólo que lo hacen en diferentes plataformas. Las tabletas han pasado a convertirse en imprentas de bolsillo y los libros no están muertos, sino que simplemente ahora son digitales. Lo mismo ocurría cuando antes los alumnos universitarios se distraían leyendo cómics en la parte trasera del aula, mientras que ahora intercambian mensajes con sus amigos en redes sociales. Es un proceso natural de evolución según Orihuela. "El problema no es Facebook, sino que seguramente lo que estás enseñando no es relevante para tus estudiantes", señaló el catedrático.

"El medio es el mensaje" es una de las frases más conocidas en el mundo teórico de las comunicaciones, expresada por Marshall McLuhan en La aldea global. Los cambios que se han producido en el oficio periodístico conllevan también otro proceso complicado que implica unos cambios de paradigma social. Al adoptar la tecnología de forma masiva, a su vez transformamos nuestra cultura. Ahora lo que merece ser publicado en los medios, lo decide la gente. Es decir, los ciudadanos per se se han convertido en el medio. 
Sin embargo, una idea muy interesante que planteó Orihuela es que no existe tal cosa como periodismo ciudadano. Lo que sí vemos son ciudadanos haciendo comunicación pública. "Esto no es periodismo. Es como comparar dar los primeros auxilios en casa en lugar de ir a una consulta con un médico. Tener acceso a los medios no te convierte en periodista", expresó. Ser periodista implica poseer una formación teórica y práctica de la comunicación pública, la responsabilidad ética de la profesión, la capacidad para materializar procesos históricos y contextos sociales complicados, además de mucha disciplina y pasión por la profesión. El periodista nace, no se hace.

De esta manera se concluyó muy exitosamente el ciclo de conversatorios, charlas y conferencias de la primera convención de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico. ¡Enhorabuena y felicitaciones a la ASPPRO por tan excelente iniciativa!

(Para seguir de cerca a José Luis Orihuela en la web pueden accesar su blog: www.ecuaderno.com)

Inicia la Primera Convención de Periodistas de Puerto Rico

(Rafael Lenín López, Presidente de la ASPPRO junto al panel a cargo del conversatorio)

¿Están en sintonía las Escuelas de Comunicaciones y de Periodismo con la realidad de nuestra profesión? Con esta premisa inició la primera convención de periodistas de Puerto Rico organizada por la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO). Los panelistas invitados al primer conversatorio que se organizó el 31 de julio, Día Nacional del Periodista, fueron los directores de las escuelas de comunicación en la Isla, profesores y reconocidos periodistas de varios medios. La actividad fue un gran intento por debatir la sintonía (o falta de) entre la academia y los programas de comunicaciones y las demandas de las empresas mediáticas.

David Colón, director asociado del periódico INDICE inició su intervención con otra incógnita: ¿Para qué existe el periodismo y qué rol debe cumplir dentro de una sociedad democrática? "El periodismo debe    primero ayudar en la formulación del pensamiento crítico y las opiniones de los ciudadanos, dar voz a quienes no la tienen, fiscalizar los gobiernos y llegar a las fuentes de poder", expresó. "Lo más importante para un comunicador es tener pensamiento crítico". Y esto es precisamente el problema que existe en la isla, sobre todo con relación a la visión de muchos de los programas de comunicaciones que ofrecen las universidades. Desafortunadamente, dada la avalancha de tecnología e información a la que se enfrenta la era digital, muchos programas académicos se han dado la tarea de poner como prioridad educar a los futuros profesionales a manejar estas tecnologías y han dejado a un lado la importancia de fomentar un pensamiento crítico que únicamente puede obtenerse por medio de la lectura y el conocimiento de una cultura general, popular.  "No podemos perder una perspectiva humanista ante la tecnología", expresó el doctor Víctor Manuel García, Director del Departamento de Comunicaciones de la Universidad del Turabo. El fortalecimiento del componente de educación general para los alumnos subgraduados es la única alternativa ante este reto.
¿Cómo puede un estudiante de comunicaciones que no lee y conoce muy poco sobre su propia historia, ser redactor en un medio? El oficio periodístico se ha tornado cada vez más superficial, más sensacionalista, más pesca noticias que vendan, que otra cosa. Y los alumnos de este campo, no por culpa propia, sino por la de sus profesores y la visión práctica y equivocada de muchos de los programas académicos a los que pertenecen, se entrenan en su mayoría, a ser robots, a manejar las nuevas tecnologías, editar y apretar botones. Sin embargo, ¿quién les inculca la lectura, quién los ayudará a afilar y ampliar su vocabulario y su pensamiento? Esta reflexión la resumió perfectamente una de las participantes de la convención.
Según la doctora Milagros Acevedo, Catedrática de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico, "la universidad no es una sala de redacción ni una emisora de radio. Ambas son escuelas que cumplen funciones diferentes. Esto no lo podemos confundir. Lo principal es establecer alianzas entre ambas, no convertir una en otra".
De esta manera se hace cada vez más evidente la necesidad urgente a la que nos enfrentamos como académicos y profesionales de ensanchar los lazos entre estas dos instituciones.

¡Hasta la próxima, Polonia!

5-4-3-2-1... Ha llegado el momento. Los calendarios de mi piso llevan los días tachados. Cajas y maletas arropan el suelo. Ya casi ha llegado la hora de mi partida. Dos años muy productivos e enriquecedores me ha regalado este país. Soy extremadamente feliz por ello. Pero ahora toca volver a la tierra que me vio nacer, la isla de Puerto Rico. A ver si logro poner en práctica todos los sabios consejos de vida que me ha otorgado esta experiencia en el caótico Caribe. Difícil es digerir las cosas mientras se viven, pero aquí les dejo un intento de resumir las cinco experiencias polacas que más he disfrutado y extrañaré mucho, pero mucho...

1. La bici como principal método de transporte

Wrocław es por lo general una ciudad plana. Hay carriles de bici en casi todas partes. Esto facilita bastante moverse sobre ruedas, aunque tampoco previene las múltiples veces que he pensado morir a cuenta de conductores que giran desprevenidamente o ponen ojos ciegos a los ciclistas. Ir al trabajo todas las mañanas en bici es algo que amo. En Puerto Rico es impensable, pues la isla, desafortunadamente, no está diseñada para ciclistas. Esperemos que en un futuro cercano esto cambie...

2. Xavi

Mi mejor amigo y cómplice de vida durante el último año y medio
La lista de lo que extrañaré de este ser humano es interminable. Comencemos por los paseos en bici al Park Tołpy a darle de comer pan a los patos y peces, sentarnos en uno de los bancos del Park Leni a inventarnos historias sobre la gente del barrio, los almuerzos y cenas puerto-polacas, los viajes a Studniska, el pueblo que le vio nacer, cerca de la frontera con Alemania, las risas, la paciencia, su amor por las bicis, sus accidentes, las diferencias culturales, los cumpleaños, el pasar de las estaciones, etc. etc. etc.

3. Los almuerzos en Hala Targowa, principal mercado de Wrocław

En una entrada anterior les hablé sobre los Bar Mleczny "Bares de Leche", residuo gastronómico de la época comunista, donde puedes comer un plato enorme de comida polaca como hecha en casa (carne, papas y ensalada) por alrededor de $2. Ir en bici hasta Hala Targowa, pedir una cajita de comida para llevar y disfrutar un almuerzo al aire libre en Szalet Café, frente al río Odra, es una de esas pequeñas delicias que ofrece la vida en Polonia.

4. Piwo z sokiem imbirowy (cerveza de barril con sirop de jengibre)

Cuando primero llegué a Polonia me pareció rarísimo ver cómo la gente pedía cerveza con sirop en los bares. Y no sólo eso, sino también con sorbeto! Primero intenté el sirop de frambuesa, pero no tardaría en cambiar al de jengibre, pues le añade un toque suave que modera la acidez habitual de esta bebida y produce un color más oscuro y de mayor textura. Ahora dos años más tarde, se ha convertido en mi bebida de preferencia y estoy segura que la echaré de menos... (¡al igual que a ti, Ania!)

5. Mi vida académica

Estrés, ansiedad, satisfacción. El final de mi doctorado, la publicación de mi primer libro, docencia en dos universidades, participación en congresos internacionales, preparación de artículos y ponencias.
Gracias a Polonia, todo comenzó. Ryszard Kapuściński fue la razón y gracias a mi amor por él y la curiosidad por aterrizar en su tierra, todo se ha logrado fruto de gran esfuerzo y dedicación. Ahora intentaré llevar su obra al Caribe y a otros países donde casi no se le conoce para que siga viva su leyenda.

Con esto queda claro que no es un adiós, sino un hasta luego... ¡Te echaré mucho de menos, POLSKA!

Santiago sin Camino


Dicen que aquí llueve 368 días al año. Sin embargo, no caen chaparrones ni diluvios. Hay muchos días en que te empapas la ropa, los zapatos, el bolso, todo... aunque no de gotas. Parece como si el aire estuviese cargado de un spray perpetuo que te humedece sin cesar. A veces es difícil acostumbrarse a ello. Cuando subes al autobús todo el mundo va con el pelo mojado, el paraguas también. Nadie se queja ni lo comenta siquiera. Es Santiago y todo el mundo sabe que aquí llueve mucho. 

Otros días como hoy el sol brilla y la gente aprovecha para sentarse en una terraza a tomar algo o a echarse sobre el césped a conversar con amigos. Hay muchos parques que arropan la ciudad, aunque, para mí el más bonito es la Alameda. Desde aquí puedes llegar a varios miradores desde donde tienes unas vistas alucinantes de la catedral y sus alrededores. 

Santiago es pequeñita. De hecho, si te pones a caminar sin rumbo, tienes más que seguro que terminarás en algún punto conocido. Llevo cuatro días aquí, en la ciudad símbolo de purificación, de transformación. El ícono que ha sido utilizado para representar a Santiago desde hace muchos siglos es la concha, o vieira, como le llaman en gallego. Es como si la ciudad fuese un pequeño microcosmos donde te encierras en tu propio mundo y eres inmune a todo tu alrededor. Santiago te protege, te llena de cierto misticismo. 
Todo es limpio. La gente sabe disfrutar sin perder el control. No hay mucho ruido. La mayoría de los locales con los que me topé fueron tan amables y estaban tan abiertos a conversar que vuelves a recuperar la fe en la naturaleza humana. Además, el casco viejo impresiona, no sólo por lo bonito y antiguo, sino sobre todo por lo bien conservado que se encuentra. En Santiago la gente cuida su ciudad. La quieren, la protegen. Y se nota. Es una sensación refrescante.
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Estos cuatro días que llevo aquí han estado perfectamente equilibrados entre paseos, conversaciones con locales y conferencias a las que he asistido y participado por motivo del Congreso IBERCOM 2013 titulado Comunicación, Cultura y Esferas de Poder en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Universidad de Santiago de Compostela. Nada me ha faltado en Santiago. Sin embargo, algo sí me ha sobrado. 

Me refiero al Camino recorrido por cientos, en verano hasta miles, de turistas. Se trata de gente de todos los países, edades e intereses que por alguna manera u otra se encuentran en este sendero en busca de algo. O tal vez no. La verdad es que no lo entiendo. El Camino de Santiago se ha convertido en otro producto comercial más. Una atracción turística que transforma a la ciudad de Santiago en otra cosa. En un punto del mapa plagado de tiendas que venden souvenirs ¨made in China¨ en lugar de ser fabricados por artesanos locales. Un lugar donde en vez de silencio oyes desde la calle a los turistas alzando la voz en idiomas desconocidos. Un lugar donde ves muchas mochilas y conchas que cuelgan de ellas, pieles blancas quemadas por el sol (¿qué sol?, no lo entiendo!) pies heridos de caminar, hostales repletos, y poca espiritualidad.

Yo por mi parte, prefiero trazar mi propio sendero, no el de miles de peregrinos. Y asimismo, guardar en mi memoria al verdadero Santiago, sin Camino... 

Crónicas de un motel- Introducción

Estos son trozos de un libro que nunca fue...

Vivo en una pequeña y muy húmeda habitación en la segunda planta de un motel. Es tan húmedo mi aposento que muchas veces, para sacar el olor a hongo que impregna las pocas piezas de ropa que llevo, debo lavarlas más de una vez. Pocas noches duermo. No sólo porque trabajo el turno nocturno, sino porque cuando finalmente logro cerrar un párpado, los orgásmicos gemidos y gritos de mis clientes penetran en mi cerebro hasta ganarme la lucha del sueño. 

Llegué a este lugar hace unos años. No escapé de la situación en mi país, ni fui en busca de una mejor vida, como es el caso de muchos inmigrantes. Mi caso fue diferente. Nunca pensé salir de Colombia ni separarme del Poblado de Medellín que me vio crecer. Ahora que han transcurrido cinco años quise darme la tarea de contar al mundo, la baraja inesperada que me jugó el destino.

Todo comenzó a la corta edad de 21 años, cuando decidí dejar atrás la realidad paisana que me había sido el escenario de mi niñez y adolescencia, hasta verme convertir en una jovencita, para aproximarme a las entrañas de la dura realidad de ser mujer. Buscaba salir del hogar que compartía con mi madre, una mujer humilde y trabajadora que luchó toda su vida por echar hacia adelante a su familia y había sido, por desgracia, víctima de una cruel traición por parte de mi padre, quien decidió fugarse con mi tía y desaparecerse del mapa por casi una década. Mi hermano también compartía el mismo techo con nosotras, aunque en sus momentos de lucidez y sobriedad, que por cierto, podían contarse con los dedos de la mano, jamás se dio la tarea de contribuir en un sentido productivo al hogar. 

Yo por mi parte, me había licenciado como diseñadora, luego de haber cursado dos años de ciencias forenses y darme cuenta que terminaría siendo una carrera infructuosa, impulsada solo por las horas que me pasaba delante del televisor viendo series criminales que me erizaban la piel. En fin, una vez culminé la carrera como diseñadora de modas comencé a trabajar en una empresa, haciendo un poco de todo. Mi sueldo alcanzaba para contribuir a mi hogar y alivianar las deudas que mi madre, como proveedora principal, debía costear. Por esa parte, reinaba en mí un sentido de satisfacción. Por otro lado, las largas horas que invertía en la empresa no se veían recompensadas una vez llegaba a mi casa y me encontraba, primero a mi hermano pasado de copas, y segundo, con las insinuaciones carnales y las hostigamientos que me hacía uno de mis jefes. Éste último, era un hombre que me llevaba más del doble de edad y me había ofrecido el mundo solo por compartir mi tiempo a su lado. Al no recibir lo que buscaba, decidió hacerme la vida imposible en el trabajo. Un día decidí que no lo iba a seguir tolerando. Con la frente en alto le dejé claro que no regresaría y que podía enviar por correo a mi madre la liquidación de sueldo que me correspondía.

Ese día no llegué a casa. Tampoco avisé. Me fui directo a la estación de autobuses. Sin rumbo definido y con la mente completamente aturdida, me senté en un banco a esperar que llegara alguna señal del universo que me dirigiese un camino a seguir. 

Al cabo de unas horas, me di cuenta que aquella señal que buscaba, la tendría que provocar yo misma y me subí a un bus de esos que van haciendo paradas en cada pueblecito. Decidí bajarme en cada parada y sin ningún propósito definido, anduve por las callecillas hasta que se aproximó la noche. Me alojé en una localidad anónima durante una semana. La liberación corría por mis venas. Era la primera vez que salía de casa y un gran sentimiento de infinitud y alivio me inundó. Había conseguido lo que buscaba: salir de mi situación y finalmente decidí emprender mi ruta hacia Santa Marta, la ciudad donde vivía mi hermana.

Santa Marta resultó ser un cambio muy agradable para mí. Mi hermana y su familia me acogieron y no tardaría en establecerme en aquel nuevo hogar. Un vecino me echó la mano y por una corta suma de dinero logré comprar un pequeño almacén que guardaba todo tipo de artículos de primera necesidad. Comencé vendiendo pasta de diente, comestibles, artículos de cocina y primera necesidad, entre otros productos a los residentes del vecindario. Iba de puerta en puerta entregando y cobrándolos y tras algunas semanas establecí una amistad con algunos clientes. Algunos venían a charlar y compartir un rato conmigo. Keila fue una de estas personas…

Congreso Internacional IMAGEN DE LA MUJER @ Wrocław

El fin de semana pasado la Escuela Superior de Filología de Wrocław fue la sede del V Congreso Internacional dedicado en esta ocasión, a la imagen de la mujer. Se presentaron diversas ponencias relacionadas a la imagen de la mujer en el arte, la política, la cultura, la lengua, el cine y otros, en distintos países alrededor del mundo como México, Perú, Polonia, España y, en mi caso, Puerto Rico.

Este congreso marcó la primera ocasión en que exploré un tema completamente diferente y con mucho orgullo aproveché para llevar a cabo una pequeña investigación acerca de la historia femenina en Puerto Rico desde la época precolombina hasta el presente. Un tema que abarca muchísimo, lo sé. Por esta razón titulé mi ponencia Un breve recorrido socio-histórico de las mujeres en Puerto Rico e intenté sobre todo, mostrar al público internacional presente una mirada acerca de la participación femenina en la isla a través de la historia, que ha sido, en comparación con otros países, muy significativa.

Comencé presentando a las taínas y su rol dentro de la sociedad matrilineal a la que pertenecían, que fue, según hallazgos, muy importante. Las taínas luchaban en conflictos bélicos, algunas asumieron importantes posiciones políticas como cacicas y fueron representadas en la religión, la literatura y otros aspectos de la vida cotidiana. Luego presenté a la mujer española, aunque en un principio, eran muy pocas las que arribaron a la Isla en el siglo XVI. Su rol dentro de la sociedad se caracterizaba sobre todo por su responsabilidad de procrear la raza, y estudios revelan que se les obligaba a procrear cada año de su edad reproductiva, hasta llegar a parir entre 15 y 18 hijos! A menudo eran víctimas de abuso por parte de sus maridos y se les consideraba ciudadanas de segunda clase. En tercer lugar, presenté a la mujer africana introducida en la Isla como esclava agrícola y doméstica. Un dato curioso es que las investigaciones revelan que era una costumbre habitual que las esclavas amamantaran a los hijos de sus patronos. Increíble, ¿no?

Más tarde pasamos a manos de E.U. y la invasión norteamericana ocasionó muchos cambios para la mujer puertorriqueña, sobre todo en el ambiente laboral, ya que al cambiar el modelo económico de la Isla a uno capitalista, las mujeres pasaron a convertirse en empleadas asalariadas en industrias norteamericanas de la aguja y el tabaco.

¿Sabías que Puerto Rico fue uno de los países americanos que primero concedió el sufragio universal femenino? En 1932, por fin, después de numerosos esfuerzos, las mujeres obtuvieron este derecho.

En la actualidad uno de los problemas que más afecta la población femenina en PR es, en mi opinión, la desigualdad de género que apunta a 9 mujeres por cada hombre. Se ha catalogado a PR como La isla de las solteras. Un paraíso para muchos hombres, sin embargo, un gran problema con efectos psicológicos y sociológicos para las mujeres. ¿Qué produce esto? Pues, muchas relaciones con patrones abusivos, numerosas familias lideradas por mujeres, una gran frustración para muchas mujeres que quieren formar hogares y convertirse en madres, pero desgraciadamente por una cuestión demográfica, no lo consiguen.

En fin, la historia de las mujeres en PR es un tema interesantísimo, que abarca muchas ramas dentro de la sociedad y que aunque aún queda mucho camino por recorrer en la lucha por la igualdad de género, como puertorriqueños podemos enorgullecernos porque este colectivo ha logrado y continúa logrando muchos avances para el bienestar futuro de las mujeres.

Una mirada al mundo