Una reafirmación de la hermandad hispana se celebra por primera vez en Puerto Rico

CILE InauguraciónFelipe VI presentó su ponencia durante la inauguración del VII Congreso Internacional de la Lengua Española en el Centro de Convenciones de Miramar (San Juan).
Ha dado inicio y también clausura el evento más importante de la hispanidad en el mundo: el VII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE 2016). Para los puertorriqueños es particular motivo de orgullo, pues desde hace tres años, fuimos elegidos para ser la sede de este reconocido evento que representa también una celebración de hermandad entre los pueblos que conforman Iberoamérica. 
A pesar de la paralizante crisis económica que enfrenta el país con una deuda fiscal que asciende los 70 mil millones de dólares y que muchos han calificado como impagable, hoy el Centro de Convenciones de Miramar se engalanó para recibir a cientos de invitados que se dieron cita, muchos por primera vez en esta tierra, para compartir en este encuentro de carácter cultural, académico, científico y de reafirmación de identidad.
“Enfrentamos una crisis que requiere que fortalezcamos uniones con otros países”, expresó Alejandro García Padilla, el honorable gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico durante la inauguración del evento.
La lista de invitados y participantes del Congreso incluye a figuras tan destacadas como los reyes de España, autores internacionales y locales de gran renombre como Luis Rafael Sánchez y Edgardo Rodríguez Juliá, políticos, exgobernadores, senadores, alcaldes, cónsules, directores de instituciones culturales, académicos, maestros, estudiantes, 150 ponentes, entre muchos más. La inauguración dio inicio pasadas las 10 de la mañana con la intervención de Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, una de las entidades organizadoras del evento.
“La consolidación del español como segunda lengua principal en el mundo lo debemos a los Estados Unidos. En esta ocasión, la brújula marca Puerto Rico”, expresó el ponente.
Entre el público tan heterogéneo y diversificado se encontraban personalidades de toda Iberoamérica, que a pesar de ser disimilares en perfil, comparten todos una misma lengua que es, desde luego, uno de los legados principales de nuestros colonizadores. Esa misma herencia lingüística hoy día representa una lengua en crecimiento, a diferencia de muchas otras que están decayendo, enfatizó Juan Luis Cebrián, otro de los ponentes, quien es fundador y presidente del diario español, El País.
Sin embargo, la ponencia que dejó a un lado las formalidades y apeló más que nada a los sentimientos patrióticos de los puertorriqueños entre el público, fue la del escritor Luis Rafael Sánchez, quien a través de su rítmica prosa, hizo hincapié en los temas más populares que trata la literatura local de la isla: el estatus político y el amor de patria, la raza y los prejuicios y distorsiones que surgen de apelativos relacionados a la puertorriqueñidad.
Ese singular carácter caribeño que define a los residentes de esta isla fue un tema que no dejó de mencionarse en cada una de las intervenciones y la de su Majestad, Don Felipe VI, rey de España no fue la excepción. Entre las aportaciones que han dejado los ciudadanos de Puerto Rico, enfatizó el legado cultural y lingüístico de los boricuas en los Estados Unidos.
Además de la presencia de los reyes españoles, en la prensa ya se ha reseñado un momento relativamente incómodo para algunos de los invitados tanto locales como internacionales, muchos de los cuales no comprendían qué estaba pasando. Me refiero a la intervención inesperada de Rafo Muñiz, hijo del reconocido productor, actor y comediante Tommy Muñiz, quien trepado en una pequeña tarima en la parte de atrás del salón principal donde se llevó a cabo la inauguración, hizo un llamado a la prensa internacional de hacer eco ante la injustificada encarcelación del nacionalista puertorriqueño Óscar López, quien lleva 34 años tras las rejas en una cárcel en Terre Haute, Indiana sin derecho a juicio.
La inauguración y celebración de CILE 2016 en San Juan representa sin duda alguna una oportunidad para volver a colocar a Puerto Rico en el mapa iberoamericano. Como consecuencia de la complicada situación política con los Estados Unidos que vivimos desde 1898 cuando pasamos a ser territorio indescifrable desde el punto de vista cultural, lingüístico, político y social, muchas veces se nos olvida que formamos parte de una poderosa unión que es América Latina. Puerto Rico representa un puente entre Estados Unidos y también Iberoamérica, aunque también sufrimos de unas idiosincrasias difíciles de descifrar incluso entre nosotros mismos. Gracias a este Congreso, la isla de Puerto Rico ha logrado reconstruir ese puente, esos lazos de hermandad que nos caracterizan y muchas veces olvidamos que existen, pero que nos unen indefinidamente con otros pueblos hermanos de América Latina.
Nota fue publicada originalmente en Diálogo, periódico oficial de la Universidad de Puerto Rico el 15 de marzo de 2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario


Una mirada al mundo